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SEGÚN LA OMS, un sistema de atención requiere 4 enfermeras por cada médico

Mercedes y Elena dividen el tiempo entre el hogar y los pacientes

Cuando tenía 32 años Mercedes Santana (en la izquierda tomando presión) realizó el curso para ser auxiliar de enfermería. Mientras que Elena Padilla retomó su anhelo de estudiar a los 21 años. Fotos: Alfredo Piedrahíta / El Telégrafo
Cuando tenía 32 años Mercedes Santana (en la izquierda tomando presión) realizó el curso para ser auxiliar de enfermería. Mientras que Elena Padilla retomó su anhelo de estudiar a los 21 años. Fotos: Alfredo Piedrahíta / El Telégrafo
21 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad

Mercedes Santana, 54 años

“Cuando mi hijo enfermó me juré que tenía que aprender a poner inyecciones”

Cuando tenía 32 años Mercedes Santana se juró que debía aprender a poner aunque sea una inyección o tomar la temperatura. Ver a su segundo hijo a punto de morir por una deshidratación de tercer grado por una infección intestinal, que le originó el síndrome de kwashiorkor o ausencia de nutrientes, la llevó a estudiar auxiliar de enfermería como un desafío.

Cuando tenía 32 años Mercedes Santana tomó el curso para ser auxiliar de enfermería. Tras graduarse obtuvo empleo en la maternidad. Foto: Alfredo Piedrahíta/El Telégrafo

Su preparación le permitió ser parte del grupo de mujeres que ingresó a trabajar en la maternidad Matilde Hidalgo de Procel del Guasmo, en la que cumplió 27 años de servicio. Relata que su permanencia no ha sido fácil. Antes nos decían “las echaditas”, porque sufrimos por la política de ese entonces. “Cuando Rodrigo Borja fue presidente, ellos nos querían sacar. Tuvimos que trabajar en el área rural como parte del hostigamiento que nos hicieron para que renunciáramos. Me tocó en Progreso y Cerecita, pero el amor por este trabajo hizo que muchas nos quedemos”.

La perseverancia dio resultados cuando en 1989 las reintegraron. Desde entonces Mercedes ha permanecido en el área de emergencia como auxiliar de enfermería.   

Otro de los recuerdos que tiene es cuando el 1 de enero hubo una masacre por el pleito de bandas en la parte de atrás de la maternidad: “No había dónde poner un pie, por el número de heridos que llegaron ese día. No recuerdo el año exacto, pero ocurrió hace ya 20 años”.

A pesar de esas experiencias Mercedes no cambia las 12 horas diarias que trabaja por la noche, ni las fechas especiales que no puede pasar en el hogar. (I)

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Elena Padilla, 65 años

“Quería ser doctora, pero terminé en la maternidad para cuidar a niños”

Elena Padilla tiene 65 años y ya es bisabuela. Trabaja como auxiliar de enfermería en el área de hospitalización ginecológica. Asegura que tiene un amor especial por la atención a recién nacidos. “Yo soy muy guagüera”, cuenta la mujer, quien de hecho tiene 38 nietos y 7 bisnietos.

Aún recuerda cuando tenía que caminar por horas entre el lodo y la lluvia para llegar a la maternidad Matilde Hidalgo de Procel en el Guasmo (sur de Guayaquil), a la que ingresó hace 27 años.

Su inclinación por la atención empezó por ver a su madre poner inyecciones. “Me gustaba desde pequeña que me regalaran juguetes de este tipo, quería ser doctora, pero me uní (compromiso de pareja) muy jovencita. Tenía 15 años cuando quedé embarazada”.

Elena Padilla retomó su anhelo de estudiar a los 21 años. Hizo el  curso y posteriormente ingresó al área de hospitalización ginecológica de la Maternidad. Foto: Alfredo Piedahíta/ El Telégrafo

El cambio en su vida no detuvo sus aspiraciones de estudiar una carrera relacionada a la medicina. A los 21 años, cuando tuvo a su quinto hijo, se inscribió en el curso de auxiliar de enfermería que se dictaba en el hospital Guayaquil.

“Al comienzo éramos más auxiliares que licenciadas. Hacíamos todo. La diferencia es que las licenciadas dan medicación y tienen trato directo con el paciente. Nosotras los preparamos, tomamos signos vitales, ese es ahora nuestro trabajo”.

De sus 27 años en la maternidad, no olvida uno, que lo recuerda con nostalgia. Ocurrió cuando falleció una recién nacida que tenía síndrome de Down, cuya madre era una adolescente. Le había explicado a la mamá que no la ponga boca abajo, pero ella no hizo caso de la recomendación. (I)

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