Centro del Muchacho Trabajador capacita a los emprendedores urbanos (VIDEO)
Ángel Guamán entró al Centro del Muchacho Trabajador (CMT) en 1967, cuando apenas era un joven. Lo hizo cuando la iniciativa de la comunidad religiosa jesuita llevaba tres años funcionando. El proyecto, que capacita a chicos trabajadores, se inició en un gran desván junto al campanario de la Iglesia de la Compañía, convocando en ese entoncesa 200 betuneros y trabajadores de la calle del Centro Histórico de Quito. Fue allí, cuando el padre Juan Halligan, uno de los principales promotores, invitó a Guamán a permanecer al centro. Desde esa fecha, no ha parado de colaborar en las diversas actividades que allí se realizan. De niño lustraba zapatos, ahora es tornero y trabaja en la unidad de producción del CMT. “Me educaron”, recuerda, mientras da el acabado final a un trabajo encargado por el Cuerpo de Bomberos de Quito. “Ahora somos de producción”, afirma.
Así como Ángel, en la actualidad, el centro capacita a 120 chicos, de 16 a 18 años, en diversas áreas, como parte de un programa de formación pre-profesional, que les brinda la oportunidad de aprender y trabajar en las áreas de producción, servicios y negocios a pequeña escala del CMT. Entre los oficios, que los chicos aprenden, están la carpintería fina, mecánica automotriz e industrial, corte y confección y panadería . Además, los beneficiarios del centro reciben educación, salud y alimentación gratuita.
Estas unidades de producción fueron creadas con el fin de que su rentabilidad aporte al financiamiento de las actividades del área social. Con el paso del tiempo, se convirtieron en una opción para adquirir productos de calidad y a la vez favorecer el desarrollo integral del niño trabajador y sus familias.
“Hay que seguir estudiando, porque trabajo si hay”, difunde Guamán en los nuevos jóvenes, e invita a la comunidad quiteña a colaborar con el CMT, comprando juguetes didácticos o muebles hechos por ellos mismos. Para el próximo año la institución celebrará su 50 aniversario: “Vengan, vengan, que para el próximo año también habrá baile”, sonríe, optimista de las ventas que alcanzarán al término de este año.