Punto de vista
El zika, el dengue, la malaria y el mosquito mortal
La asociación del mosquito con numerosas enfermedades graves ha hecho que el mundo se lo tome muy en serio. La última es el virus de zika, que provoca defectos de nacimiento.
Los casos de dengue han aumentado a un ritmo alarmante, pero hasta ahora no hay cura ni vacuna aprobada y aunque existen medicamentos para la malaria, la resistencia de los parásitos ha aumentado.
Desde el año pasado se sabe que el virus de zika fue transmitido localmente en 31 países de América Latina y el Caribe, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que podría transmitirse en otros donde hay mosquitos Aedes aegypti.
La principal preocupación es la aparente asociación del virus de zika con trastornos neurológicos como la microcefalia. Ocho países también han informado del aumento de la incidencia del síndrome de Guillain-Barré.
El Comité de Emergencia sobre el virus de Zika de la OMS recomendó una mayor investigación sobre los vínculos entre el virus de zika y los desórdenes neurológicos, las medidas de control de vectores, la educación pública sobre los riesgos, y la prioridad para desarrollar nuevos métodos de diagnóstico.
Las medidas mundiales contra la malaria han dado buenos resultados. Entre 2000 y 2015, su incidencia en las poblaciones en riesgo se redujo 37% y la tasa de mortalidad a escala mundial en 60%.
El mejor tratamiento es la terapia combinada basada en la artemisinina (ACT). El parásito P. falciparum, el más letal del género Plasmodium, se está volviendo resistente a este medicamento. Y la OMS advierte que la resistencia a múltiples fármacos podría extenderse a otras regiones, ‘con consecuencias nefastas para la salud pública’.
En cuanto al dengue, es probablemente la enfermedad relacionada con el mosquito más temida debido al rápido aumento de casos: de 19.884 en 2011 a más de 120.000 en 2015.
Si bien el dengue rara vez causa la muerte, el dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico) es potencialmente mortal.
No existe un tratamiento específico, pero la detección temprana y el acceso a una atención médica adecuada reducen las tasas de mortalidad por debajo de 1%.
Por lo tanto, la prevención depende solo de eficaces medidas de control de los vectores. La OMS recomienda impedir que los mosquitos accedan a los hábitats de desove, eliminar los residuos sólidos adecuadamente, aplicar insecticidas correctos en los envases con agua, entre otras medidas.
Si bien el control del vector es lo más importante para todas las enfermedades relacionadas con mosquitos, un problema importante consiste en que estos se están volviendo resistentes a los insecticidas. (O)