Vendedores de monigotes y caretas recorren la ciudad
A medida de que se acerca la medianoche de este 31 de diciembre, la mayoría de familias adquiere su “año viejo” o “monigote” para quemarlo y despedir el 2011.
En otras épocas cada familia elaboraba su muñeco, pero ahora hay la facilidad de adquirirlo y de ahí que resulta más cómodo y práctico comprarlo.
Esto ha motivado que muchas personas se dediquen a la elaboración de los viejos y los saquen a la venta. En el caso de Quito hay sitios destinados para estas ventas como la avenida América, la Shyris, el Condado, Patria, Solanda, Eloy Alfaro, Michelena, entre otras. Pero también hay comerciantes que prefieren movilizarse por la ciudad ofreciendo monigotes y años viejos
Emma Guaña exhibe desde el lunes -en un costado del Parque La carolina - 40 de los 200 monigotes que fabricó desde noviembre.
El año pasado elaboró la misma cantidad y los vendió todos pero al apuro, “ahora aún tengo la mitad a pocas horas de terminarse el año. Solo espero que no me sobren porque todo está caro”, dijo.
“Para esta fiesta, las personas deben escoger un muñeco que relacione sus vivencias en estos 12 meses que pasaron y para ello hay un montón de formas”, señaló.
Comentó que en la elaboración de los años viejos lo ayudó su hijo, con quien trabajaba hasta cuatro horas diarias, tiempo en el que podían confeccionar hasta tres muñecos. “Es una profesión apasionante y rentable, porque si no lo fuera no invirtiera”.
Los vendedores de la Asociación “Diego de Almagro”, ubicados en el parqueadero uno del Parque la Carolina, cuentan con todos los diseños y materiales como los tradicionales confeccionados con ropa vieja y aserrín hasta los monigotes de cartón y papel que son más fáciles para la combustión.
Rocío Quisilema ofrece muñecos de todos los materiales, pero asegura que por el costo se venden más los tradicionales de aserrín, mientras que por la facilidad para quemarlos prefieren los de cartón; éstos son más costosos.
Según la tradición y las costumbres, los años viejos nunca se guardan, y por ello se queman todos sin importar el costo.
Martha Guamán vende sus muñecos en la avenida Eloy Alfaro. Ella afirma que esta es la mejor temporada para vender, ya que la gente paga lo que cuesta un año viejo, y que lo más importante es celebrar y no perder la tradición de quemarlo en compañía de amigos o en familia.
Julio Castro, de 56 años, junto a su esposa Marlene (quien ayuda a comercializar los muñecos) cuenta que cada fin de año es importante para ellos, debido a los buenos réditos que obtienen tras la venta de los muñecos. En este día las ventas se extienden hasta las 12:00 de hoy y los que no se vendan los quemaremos con la familia, indicó.
Ayer, la ciudad empezó a despedir el año. Entidades públicas y privadas realizaron la quema del “año viejo” desde el medio día, por lo que el sonido de las camaretas se escuchó en toda la ciudad.
Para esta noche la ciudadanía cuenta con varias instrucciones antes de quemar a sus muñecos, primero que no lo hagan con explosivos en su interior y sobre todo que no expongan a los menores de edad.
Mañana a las 06:00 personal de la Empresa Municipal de Aseo realizará un recorrido de limpieza en la ciudad, particularmente de restos de “viejos quemados”.