¿Nuestra mortalidad compartida - cura contra la ira urbana?
Ya es un cliché decir que los quiteños tienen un mal genio crónico. Unos culpan al tráfico, otros al Municipio, otros, en “la degeneración de la sociedad”. Sin embargo, pocos nos miramos en el espejo. Pocos tomamos responsabilidad por nuestra libertad de decidir: ¿Voy a cruzar frente a ese auto? ¿Voy a saltarme la fila? ¿Voy a insultar a la persona que causa mi demora? ¿Voy a intimidar al ciclista con mi auto?
Frente a nuestras alternativas de acción en el diario convivir con la urbe quiteña, propongo que se nos haría más fácil tomar la decisión adecuada si empezamos por recordarnos sobre la humanidad compartida que tenemos con el resto de habitantes urbanos. Esto también suena a cliché sin substancia, pero una joven artista y su proyecto en Nueva Orleans, Candy Chang, nos prueba lo contrario: al mirar el estado de su barrio y el abandono en general, decidió pintar la pared de un terreno baldío y convertirla en un mega-pizarrón con una sola frase inconclusa: “Antes de Morir, yo quiero…”. Dejando un cajón de tizas, invitó a los transeúntes a completar las frases.
“Quiteños: dejemos la ira de lado por un momento y demos profundidad a nuestros espacios”Los resultados fueron tan diversos como la comunidad: Antes de morir quiero “regresar a estudiar y graduarme del colegio”, “aprender fotografía”, “abrazarla una vez más”, “hacer orgulloso a mi padre”. Las respuestas no solo presentan al transeúnte anónimo como un ser con aspiraciones y retos, también invita a hacer a nuestros espacios públicos más profundos y a confiar en nuestra comunidad con nuestros más íntimos anhelos.
Este septiembre, tengo el gusto de participar en una iniciativa que trae a Quito la plataforma “Antes de Morir” mediante un colectivo mundial de jóvenes asociados - Los Global Shapers. ¡No puedo esperar a ver lo que me dicen los quiteños cuando los invitemos a apropiarse con sus más íntimos deseos de los espacios públicos del 5 al 9 de septiembre en la avenida Naciones Unidas!
La generación de nuestros padres nos enseñó a valorar los espacios privados, la anonimidad urbana, la distancia con lo ajeno. ¿Por qué entonces, un grupo de jóvenes quiteños busca crear plataformas de diálogo con el público en general? ¿Por qué tenemos esta hambre de conocer a nuestros vecinos, de crear sociedad civil, de apoyar la hiper localidad? Somos producto de nuestros tiempos —es hora de apropiarnos de los espacios públicos para impulsar estos diálogos. La plataforma de mega-pizarras “Antes de Morir” es un paso- y a futuro, ojalá cercano, consideremos completamente aceptable que una extraña se nos acerque en la parada de bus y pregunte “¿Qué quisiera lograr usted antes de morir?”. Imposible aferrarse al estrés cotidiano considerando la respuesta a una pregunta así. Quiteños: dejemos la ira de lado por un momento y demos profundidad a nuestros espacios públicos en cualquier manera que se nos haga posible.
