Alcaldía de loja dice que dinero usado es privado y que se cumplió con la ley
La utilidad de los zoológicos entra en el debate nacional
Los zoológicos como espacios de exhibición de animales son antiguos. Las referencias a ellos como colecciones privadas surgen de los reyes en las civilizaciones egipcia y china. El primer zoológico en el sentido moderno, con acceso público, se abrió en Viena (Austria) en 1775.
Hace unos días se inició un debate en el país a propósito de la importación de un par de jirafas para el Parque Lineal Orillas del Zamora, de la ciudad de Loja.
Los grupos animalistas rechazan la ubicación de cualquier animal en un ambiente ajeno al suyo, aunque el argumento sea que se lo hace con fines educativos.
María Cristina Celi, veterinaria y activista, asegura que hay estudios que muestran que dicha finalidad no se cumple.
“Los zoológicos cumplen una función recreativa; es como ir al centro comercial: paseas, tomas un helado. Al final, en la mayoría de los casos, a los niños les queda el deseo de que les compren un lorito, un monito, alguna especie exótica, lo que fomenta el tráfico de especies”.
Celi dice que el dinero para la importación de las jirafas fue mal utilizado y que esos recursos debieron emplearse, más bien, en mejorar las condiciones para los animales sobrevivientes del área natural lojana.
La activista se declara opuesta a cualquier tipo de cautiverio y se muestra partidaria de espacios naturales, como existen en otros países, en los que los animales propios de esas regiones y que se hallen en peligro de extinción deambulen libremente bajo protección.
“En esos sitios se observa a los animales en su hábitat natural en una especie de safari en proyectos cuya finalidad es la conservación”.
Andrés Ortega, director de la Clínica Veterinaria de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), señala que la llegada de las jirafas es un problema moral, ético y legal.
La acción contraviene lo moral porque se importaron 2 especímenes reproducidos en América del Norte, pero originarias de África y —a su juicio— se las pretende convertir en el símbolo de una ciudad con la que nada tienen que ver.
Coincide con Celi en que debería privilegiarse el rescate (no exhibición) de animales del país.
En el plano ético, Ortega cuestiona que se promueva la crianza y reproducción de especímenes en cautiverio.
El profesional añade que en el ámbito legal, el uso de recursos del Cabildo con ese fin es cuestionable.
Al respecto, el Municipio aseguró el lunes a través de un video colgado en Youtube que los fondos usados para la compra de las jirafas fue el producto de una recaudación organizada por ciudadanos.
“Lo que ha hecho el Municipio es recibir de esta corporación privada la donación de los animalitos”, señaló el alcalde José Bolívar Castillo.
Ortega cuestiona, también, la obtención de los permisos para la introducción de las jirafas.
Al respecto, el Cabildo aclara que se cumplieron con todos los requisitos y permisos exigidos tanto en EE. UU. como en el Ecuador.
En tanto que el Ministerio de Ambiente señaló que se permitió el ingreso de los cuadrúpedos por provenir de cautiverio y no ser una especie en peligro, pero que promueve la conservación de especies nativas.
Romeo Jaramillo, director del Parque Lineal, afirmó que el espacio de 2,8 hectáreas en las que se ubicó a la pareja fue acondicionada con asesoría alemana.
Añadió que este tipo de especímenes se encuentran en diferentes ambientes, que se adaptan fácilmente y que no requieren de una dieta especial. (I)
Una parte de los especímenes que guarda el zoológico capitalino proviene de su rescate del tráfico de especies de alguna parte del Ecuador, como el tigrillo. Foto: John Guevara / EL TELÉGRAFO