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El Teatro Capitol ilusiona nuevamente a sus vecinos

El Teatro Capitol está ubicado en la avenida Gran Colombia, frente al parque  La Alameda. Su estilo de construcción lo convirtió en un referente de la arquitectura quiteña en las primeras décadas del siglo XX. Foto: Fernando Sandoval |  El Telégrafo
El Teatro Capitol está ubicado en la avenida Gran Colombia, frente al parque La Alameda. Su estilo de construcción lo convirtió en un referente de la arquitectura quiteña en las primeras décadas del siglo XX. Foto: Fernando Sandoval | El Telégrafo
30 de marzo de 2014 - 00:00

El edificio del teatro Capitol está ubicado en la avenida Gran Colombia, frente al parque  La Alameda. Su construcción se inició en 1910 y estuvo a cargo del italiano Giácomo Radiconcini. En esa época se llamó Palacio Samaniego.

Entre 1935 y 1937  el sitio fue reconstruido y entonces se lo reabrió como teatro. Luego pasó a ser un cine y a inicios de este siglo y tras el cierre por varios años, el lugar  se volvió iglesia evangélica.
Según  el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP), el edificio se construyó en una época en que las familias de clase socioeconómica alta construían palacios y villas de estilos historicistas (clásico, neoclásico, etc.). Y de ahí su nombre original.

La construcción del inmueble también coincide con el desarrollo del sector de La Alameda. Héctor López construyó un blog dedicado al Capitol y en su investigación encontró que en las notas de la sesión del Concejo de Quito del 29 de marzo de 1933 “se resuelve abrir las calles  Los Ríos y Valparaíso desde la calle Sodiro hacia el este por terrenos del Sr. Daniel Cadena Ampudia, y aprovechar en primera la respectiva ordenanza que urbaniza este nuevo barrio”.

Con la aparición de los cines multisalas  en la ciudad, la acogida de la ciudadanía  decayó.
Esto obligó a que los diferentes propietarios vendan el inmueble, hasta que en 1999, la edificación fue enajenada en favor de la Iglesia Universal del Reino de Dios y sus instalaciones fueron adaptadas para ese nuevo propósito. 

El sitio  fue adquirido en 2006 por el Fondo de Salvamento (Fonsal) y en la actualidad es  intervenido por el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).
En el año 2008, el muro posterior colapsó y producto de ello  se perdió el escenario y todas las áreas adicionales. En aquel entonces, se  realizaron trabajos urgentes de estabilización, a fin de garantizar la permanencia de la estructura edificada. 

En ese mismo año iniciaron los estudios de rehabilitación integral del inmueble, los que permitieron verificar que la edificación había sufrido alteraciones constructivas tales como: añadidos para formar nuevos ambientes, aperturas de vanos (huecos), con el objeto de adaptar espacios a funciones no afines a la vocación del edificio.

El proceso de restauración forma parte del Proyecto Integral de revitalización del Centro Histórico. Según el IMP, a partir de ahora, el espacio se utilizará para eventos artísticos y presentación de músicos y orquestas.

Rosa María Carranza vive desde hace más de 30 años en el sector de La Alameda. La mujer recuerda con nostalgia la vitalidad que le daba el Teatro Capitol al barrio. “Entré unas 3 veces; recuerdo que vi la película Terremoto, hace más de 30 años. Vine con algunos amigos, en  esas épocas de adolescencia”, afirma la moradora.

Carranza asegura que “con las funciones de cine  acudían muchas personas en esa época. Era más seguro. Teníamos un ambiente sano (sin delincuencia), porque las personas veían la película  y  regresaban a sus casas  caminando sin ningún problema”. 

Por ello, la ciudadana dice que es una tremenda alegría que se  reabra el sitio. Incluso adelanta detalles de la nueva estructura del escenario: “Nos contaron que tendrá ascensores, que solo será para eventos artísticos, ya no para proyectar películas. Vamos a ser la envidia de muchos barrios por tener un teatro imponente”.

Las obras de intervención de la estructura comprenden instalaciones hidrosanitarias, eléctricas, electrónicas y especiales, tales como sistemas de iluminación, sonido. También se trabajó los pisos, mampostería y adornos.

Con la remodelación que se lleva a cabo en el sitio, el aforo del Capitol será de 700 personas, que estarán distribuidas  en el área de platea, 2 niveles de palcos y galerías. Se tiene previsto también la instalación de 2 ascensores para que sea utilizado por personas con discapacidad.

La rehabilitación tiene como objetivo recuperar la principal actividad (teatro); por lo que el nuevo Capitol contará con un escenario equipado para eventos artísticos y una plataforma móvil para  músicos y orquestas, la misma que servirá tanto en la fosa como a nivel del escenario.
El Teatro Capitol es un edificio que se desarrolla en 3 niveles principales: el nivel de acceso exterior, y 3 pisos altos,  donde están ubicadas las galerías altas del teatro.

El principal objetivo del IMP es que esta edificación sea un  referente urbano, destinado a mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad y del sector.

Este criterio lo comparte Raúl Pareja, quien  tiene 60 años, pero  cuyos recuerdos del Teatro Capitol están a flor de piel.
Rememora, por ejemplo, las citas amorosas en las décadas del sesenta y  setenta, cuyas imágenes  siguen vigentes en su memoria. “No era un galán, pero cada vez que conocía a una chica, el mejor pretexto para conocernos un poco más era ir al cine y ver una película en un ambiente sano”, dice Pareja.

Y si bien Pareja ya no vive en el barrio desde hace más de 20 años, frecuentemente visita a sus amigos. “No estoy muy al tanto de lo que sucede ahora en la zona, pero me cuentan que es inseguro. En mi época de vecino todo giraba alrededor del teatro: dueños de negocios y vecinos  nos cuidábamos entre nosotros. Esperemos que con la reapertura vuelva a ser el punto de encuentro, que los vecinos y quienes viven en los alrededores se unan para que así como se reconstruyó el Capitol, también el barrio vuelva a surgir”, asegura.

Pareja también recuerda el tiempo en que  el inmueble fue utilizado para que fuera una iglesia. A su juicio, “mal utilizando  uno de los imponentes teatros  de Quito. El Capitol fue construido para ser un cine o que se presenten artistas. Su origen fue ese, no ser un templo. Por suerte, el Cabildo intervino y ahora volverá a ser el grandioso escenario de nuestras juventudes”, dijo con evidentes emoción y nostalgia este “alamedeño” de corazón.

La inversión para su restauración alcanza los $ 3 millones y una vez reabierto formará parte de una  red de teatros con el Auditorio del Banco Central y el teatro Sucre, además de los reconstruidos Variedades y el México, ubicado en el sur de la ciudad.

El Municipio quiteño prevé que a finales del próximo mes  será reinaugurado el renovado escenario capitalino.

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