Los moradores del sector El Condado mantienen su oposición a la ejecución del proyecto
Dos canchas reemplazaron a una de las estaciones de los Quitocables
Dos años y 4 meses pasaron desde que el alcalde Mauricio Rodas lanzó en el barrio Pisulí, en el noroccidente de Quito, la Línea 1 del proyecto de movilidad bautizado como Quitocables.
El 14 de mayo de 2015, Rodas anunció, ante los vecinos de la zona, la preparación del terreno en el punto que se construiría la estación de partida del sistema. En ese mismo sitio, sin embargo, funcionan desde el 21 de enero pasado dos canchas sintéticas entregadas por el Cabildo.
La ruta entre Pisulí y el sector de La Ofelia, de 4,3 kilómetros (km) de longitud, fue anunciada como la Fase 1 de esta línea.
Un año después, en mayo de 2016, se conoció que las cabinas ya no llegarían hasta Pisulí, sino únicamente al vecino barrio La Roldós en un recorrido de 3,7 km. Allí, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército ocupa el predio en el que por años funcionaron las canchas, el centro de salud, entre otros servicios públicos del área.
La entidad ejecutó en el sitio obras iniciales de cimentación de la que sería la nueva parada de arranque de los Quitocables.
Durante un recorrido realizado por concejales de Alianza PAIS (AP) constataron el poco avance que registra la construcción. Ayer no hubo obreros en el lugar durante la visita.
El gerente de la empresa municipal de obras públicas, Pablo Solórzano, dijo el martes en una rueda de prensa que la obra se encuentra en un proceso de suspensión de plazo contractual. Aseguró que, sin embargo, eso no impide que el organismo constructor ejecute labores preliminares y procesos administrativos tales como licitaciones.
La Alcaldía tiene previsto invertir $ 44 millones en la implementación de la ruta.
El estudio de demanda, realizado por la Universidad Católica de Quito por $ 70.000, fue entregado en diciembre de 2015. Sus resultados determinaron que la llamada Línea Azul (entonces de Pisulí a La Ofelia) no es autosustentable mediante el cobro de pasaje.
El alcalde Rodas anunció el 10 de febrero siguiente que por ello la construcción de la ruta la asumiría el Gobierno local y que se trataba de un proyecto social.
La ejecución de los trabajos implican más 30 expropiaciones, entre totales y parciales, planificadas a lo largo del recorrido.
La mayoría de ellas será en San José del Condado, en donde se concentra la oposición a la realización del trabajo.
Los moradores de esa zona del noroccidente de Quito mantienen sus posturas de que no permitirán que la Municipalidad ocupe sus propiedades. Señalaron que incluso están dispuestos a derramar su sangre para defender lo que han construido. Mientras tanto, las otras tres líneas anunciadas de los Quitocables se encuentran en espera.
La Alcaldía tiene planificado, además de la ruta noroccidental, construir los teleféricos Toctiuco- El Placer, Mena 2-Argelia-Conocoto y La Carolina-Tumbaco.
Por la falta de recursos, sin embargo, se buscan interesados en formar alianzas público-privadas que financien estas obras. No obstante, hasta el momento no se ha establecido un plazo para que estos procedimientos se concreten. (I)