Comuneros exponen su arte, historia y tradición
Danzantes, sacharrunas, yumbos, negros, chorizos, almas santas, rukus, diablos, músicos con instrumentos tradicionales como pingullos, rondines, acordeones y guitarras se sumaron a la variedad de festejos en la capital.
Es el arte y tradición que se resiste a desaparecer y que tiene como sus mayores exponentes a las 50 comunas que existen en el Distrito Metropolitano y que estuvieron representadas en 38 grupos musicales y de danza que dieron vida a los festejos en el Centro Histórico la noche del jueves, en el marco de una feria de estas tradiciones.
La ciudadanía miraba y admiraba las costumbres de los comuneros. Elvira Ortega dijo que en los 20 años que vive en Quito no había visto una celebración tan colorida.
La comuna de Santa Clara de San Millán fue resaltada y reconocida por el trabajo que sus obreros ancestrales realizaron en la época de la Colonia, cuando se inició la construcción de edificaciones en el Casco Colonial.
“Los habitantes de está comunidad hicieron los ladrillos para las casas del Centro Histórico de Quito. Además, las comunas Marcopamba, Chilibulo y La Raya elaboraron la mayor cantidad de tejas” resaltó.
Para rescatar la gran cantidad de saberes, como gastronomía, religiosidad popular, ritualidad, producción de la tierra, medicina ancestral, educación, vestuario y para visibilizar la identidad cultural de estas comunas, la Municipalidad mediante la Secretaría de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana impulsó el encuentro.
Para Alfonso Pullupaxi, director de promoción de parroquias de la Secretaría, el encuentro permite la posibilidad planteada por el Municipio de dialogar con las comunas y pueblos ancestrales para discutir la vigencia y reafirmación de estos grupos.
Según datos de la Secretaría de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana y luego de realizar visitas y confirmaciones en las administraciones zonales, se comprobó que existen 50 comunas vigentes con todo su funcionamiento, desde los puntos de vista de territorio, organización social e identidad cultural.
Las comunas basan sus normas de convivencia en tres aspectos básicos: un territorio comunitario que garantiza la existencia de las familias y su trabajo es colectivo; otro es la organización social, su autoridad es el cabildo, quien vela por la persistencia de los valores que los guían, y por último está relacionado con la cultura, identidad y el patrimonio.
Las comunidades aportan en la construcción social de la ciudad y es importante darles el valor que se merecen, persistió Pullupaxi.
El encuentro motivó la reflexión sobre la importancia que se merecen históricamente estos grupos.
Los habitantes de la comuna de Santa Clara de San Millán Yumba Rumi tienen una piedra donde las personas que tenían malas energías acudían para hacer un ritual de sanación. Igualmente, la quebrada de Chuzalongo, ubicada en las faldas del Pichincha, que tenía las mismas propiedades. Estos valores son difundidos a la ciudadanía.
En el evento del jueves se realizó el “Fogonazo”, que consiste en una comida al final del día, en donde mientras se preparaban los alimentos, se reunieron alrededor del fogón para transmitir leyendas, historias, vivencias y anécdotas.
Luego, varias bandas musicales de las comunas y danzantes amenizaron la noche.
Marina Hidalgo, de la comuna de Pomasqui, presentó la vestimenta que exhibía, elaborada a base de penco, que sirvió para que la ciudadanía se informe de las tradiciones que existen en el distrito y que por años se han mantenido ocultas y desconocidas.
Los comuneros de Nayón presentaron sus plantas ornamentales y medicinales, productos agrícolas y lácteos, además de limpias. Al ritmo de música nacional y bandas de pueblo, la celebración continuó.
Cientos de personas quedaron admiradas de lo que tiene la capital, particularmente los estudiantes que recibieron amplia explicación.