Ampliación del aeropuerto tomaría entre cinco o seis meses ejecutarse
Freddy Égüez, gerente de la Empresa Metropolitana de Servicios Aeroportuarios, dio a conocer detalles de la ampliación del aeropuerto de Tababela, anunciada, el jueves pasado por la concesionaria Quiport.
Esto implicará el aumento de seis salas de embarque (tres en la planta alta y tres en la baja) y más puentes de abordaje en la zona sur de la terminal. Luego se aumentarán counters de chequeo, en la parte norte.
¿El contrato no establecía que la ampliación se iniciara en 2017?
Sí, según el cronograma normal. Lo que hemos pedido nosotros es que se adelante el plan a 2013. Y ello porque antes de la apertura, nosotros ya pensábamos que era necesaria una ampliación, pues el año pasado tuvimos una afluencia de 5,4 millones de pasajeros en el antiguo aeropuerto.
¿La empresa no se opuso?
No, porque apenas se iniciaron las operaciones, nosotros empezamos a hacer mediciones en “horas pico” (05:00 a 07:30, y de 19:00 a 23:00) según los contratos y las normas IATA (de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo). Y hemos visto que la situación, digamos, fluye; pero basta que haya un vuelo demorado para que se complique. Según la norma IATA, con la infraestructura disponible actualmente, podemos atender a 800 pasajeros al mismo tiempo. Pero si se atrasa un avión, digamos con 150 pasajeros, entonces salimos del nivel IATA B (hay niveles de la A a la F), que significa “alto margen de confort en todas las áreas. Actualmente, en algunas horas del día o cuando el clima conspira y hay retrasos, nos colocamos en ITATA C, incluso D. Y el contrato dice que el aeropuerto debe mantenerse durante la concesión en categoría B.
Daría la impresión de que la situación aún es manejable. ¿Por qué la urgencia?
Porque los pasajeros aumentan y cada vez hay más conflicto. De hecho, como se ha anunciado, desde el 26 de octubre, Iberia iniciará su ruta directa Quito-Madrid y lo hará con el avión de pasajeros más grande que tiene (el Airbus 340-600, con capacidad para 344 personas); KLM empezará a volar su séptima frecuencia a Ámsterdam por la misma época. En términos generales crecemos un 7% en cuanto a viajeros internacionales. Entonces, la ampliación a todas luces es necesaria. Como dije antes del 20 de febrero ya se veía esa necesidad. Y luego de ello, con las mediciones realizadas en horas pico, se vio que nuestra posición era incontrovertible.
¿Cuándo se definirán los cronogramas de trabajo?
Nosotros no vamos a dejar pasar un solo día. El pasado jueves hicieron el anuncio de la ampliación. En esta semana nos deben enseñar los diseños definitivos. Nosotros aprobamos; podemos hacer algún cambio pequeño. Hacemos la fiscalización y vamos. Y les hemos dicho que tienen que trabajar 24/7 (24 horas al día, siete días a la semana).
¿Cuánto les tomaría a ustedes aprobar los diseños?
Yo diría que dos o tres semanas. Les damos luz verde y entran los constructores. Son 5.300 metros cuadrados aproximadamente en la primera fase de ampliación; no es un trabajo complicado. Lo más difícil, me parece, es la situación, pues no es lo mismo construir en la calle, en otro edificio, que hacerlo en el “lado aire”, donde tenemos aviones a pocos metros y puede haber contaminación de polvo, etc.; y entonces tendremos que usar condiciones especiales de construcción.
¿Cuánto tomaría la construcción?
Nosotros calculamos que desde la primera picada, no debería llevar más de cinco o seis meses. Lo único que podría complicar es que las mangas para el aumento de puentes de embarque no están hechas. Hay que mandarlas a fabricar y, según dicen, en seis meses se entregarán las mangas a partir de que se da un anticipo.
¿Qué otras mejoras se ejecutan?
El edificio comercial que se construye al frente del aeropuerto terminará a fines de septiembre. Se trata de una subconcesión al grupo Deller. Ahí habrá estacionamiento en los subsuelos, parte del parqueadero integrado del aeropuerto, habrá tres bancos (posiblemente Produbanco, Pichincha y Guayaquil); Fybeca y patio de comidas con marcas del grupo KFC (KFC, Cajún, Kobe, Arrecife, El Español, Baskin Robbins, etc.), donde se colocarán pantallas grandes con información de los vuelos, de manera que las personas estén al tanto.
¿Serán los mismos precios que en el patio de comidas de la terminal?
La cadena KFC tiene libertad de establecerlos, pero al ser cadenas nacionales conocidas, seguramente los precios serán accesibles. A nosotros como funcionarios, por ejemplo, nos han hecho la oferta de almuerzos (sopa, plato fuerte, jugo y postre) a 4,25 dólares.
¿No se quejarán los vecinos de al frente (los locales de la terminal)?
Seguramente que se van a quejar, pero es cuestión de oferta y demanda.
¿Qué hay con el hotel cinco estrellas que se anuncia se va a construir?
En efecto, se ha hecho contacto con el grupo Nobis, que maneja varias marcas de hoteles (Sheraton, Howard Johnson). Se trata, en efecto, de un hotel cinco estrellas, con 140 habitaciones (el tamaño que se maneja en los hoteles de los aeropuertos). Estos tienen características especiales pues nadie se quedará una semana, son para una noche.
¿Dónde se ubicaría el hotel?
Junto a los patios de renta de autos que se construyen. Esto es bueno para alojamiento de tripulaciones; en el caso de American Airlines, por ejemplo, en sus contratos se estipula que deben ser alojados en hoteles cinco estrellas. Entonces, lo que sucede ahora es que las tripulaciones tienen que salir de Tababela a Quito y regresar al día siguiente.
¿Qué pasó con el tema de los retrasos, cancelaciones, etc.?
Hay que tomar en cuenta que estamos viviendo el primer año de operaciones del aeropuerto. En realidad, por ejemplo, no sabíamos cómo era operar en agosto. Yo personalmente pensé que íbamos a tener más días de estos con vientos fuertes (se refiere al 27 y 28 de julio, cuando varios vuelos se retrasaron y otros se desviaron por la presencia de vientos de hasta 32 nudos).
En el antiguo aeropuerto había edificios alrededor y estábamos más cerca del Pichincha, lo que filtraba los vientos. En la hoya de Quito, no solo en Tababela, el viento que prevalece sopla de norte a sur, por eso, por cuestiones aerodinámicas, la mayoría de aterrizajes se hacía en el viejo aeropuerto de sur a norte (en contra del viento); y solo unos pocos días se observaban vientos cruzados (de sur a norte), que obligaban al aterrizaje en dirección contraria (norte-sur). En Tababela, en esos dos días, vimos vientos cruzados. En el futuro los pilotos aterrizarán con más conocimiento en cualquiera de las dos cabeceras del aeropuerto, dependiendo del viento.
¿Entonces, aquel fin de semana fue de aprendizaje?
En efecto, fue de aprendizaje. Y fue una cosa rara. No se puede juzgar a los pasajeros, pues están en su derecho de quejarse; les tocó vuelo, no llegó, se desvió. Pero hay que tomar en cuenta que cuando se cierra el aeropuerto de Nueva York se cancelan 18.000 vuelos.
¿Nos sorprendió la situación a los quiteños, entonces?
Nos sorprendió. Creo que, además, es cuestión de credibilidad. Cuando alguien tiene credibilidad y se equivoca parece que no ha pasado nada. Es el caso del presidente Correa, por ejemplo. Con el aeropuerto ha pasado lo contrario; desde que se inició el proyecto de concesión siempre se han dado malas noticias sobre él; que si la ubicación, que si el clima, que si está rodeado de quebradas, que si los vientos. No exagero si digo que he visto declaraciones de personas que afirmaban: “Imagínese, dicen que hay quebradas. Yo prefiero que el avión se caiga sobre las casas y no en una quebrada; de ahí quién me saca”.
¿Y en invierno?
Yo, un año antes de que abriera el aeropuerto pedí que se pusieran luces en la mitad de la pista. Por la categoría del aeropuerto y el contrato, Quiport no estaba obligada a ponerlas y no lo hizo; pero se les advirtió que por la neblina de la zona era necesario. En aquella época, la inversión era setecientos mil dólares y las instalaciones para ello existen. Pues mire, por ahorrarse ese dinero no lo hicieron y ahora les va a costar casi el doble.
¿Qué implican las fases 3 y 4?
Pasaremos a tener, si no me equivoco 15 puertos de embarque de los ocho actuales en la fase 3, alargando el edificio de la terminal. Eso estaba previsto para 2019, pero con el adelanto de hoy, sería probablemente para 2017. Por otro lado, opino que con la gran cantidad de pasajeros nacionales, deberíamos tener una terminal exclusiva para este tipo de usuarios a la brevedad posible. Esta parte podría desarrollarse en la propia fase 3. Aunque inicialmente lo de la otra terminal está pensado para la fase cuatro, cuando se construya la otra pista, que está prevista para el 2030.