Alrededor de 500 personas asistieron al acto inaugural del nuevo aeropuerto internacional de Quito, el mismo que a partir de hoy operará en Tababela. Un vuelo de la compañía ecuatoriana Tame será el primero en arribar a la pista de 4.100 metros de longitud, procedente de Guayaquil.

Ayer, el presidente Rafael Correa y el alcalde Augusto Barrera develaron una placa en la que se dejaba sentada la fecha de apertura y la administración que hizo posible esa obra. “No conozco capital en toda Latinoamérica que esté teniendo y vaya a tener tantas megaobras en tan corto tiempo: un aeropuerto espectacular; el Metro de Quito, que duplica la inversión del aeropuerto; las plataformas públicas, un nuevo concepto de servicio... No hay país de América que se esté transformado tanto y tan rápidamente como Ecuador”, dijo el Mandatario en el primer acto público tras su reelección.

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También recalcó la importancia de contar con una terminal aérea moderna, pues se trata de “una herramienta de desarrollo” porque permitirá la integración del Ecuador con el mundo. En su discurso, aprovechó para recordar el proceso de renegociación del contrato con Quiport porque el antiguo modelo contractual dejaba de lado al Estado ecuatoriano y las regalías iban directo a los inversionistas privados. Tampoco consideraba las obras complementarias ni beneficios para los pobladores.  

La nueva terminal forma parte del Sistema Nacional de Movilidad y de la Red de Aeropuertos de Ecuador, en los que el Gobierno ha invertido para el mejoramiento de infraestructura y la modernización de los sistemas de navegación aérea más de 220 millones de dólares. La intención es facilitar la integración de Quito con provincias como Sucumbíos, Orellana, Guayas, Loja y Galápagos.           

Además destacó que al recibir más de 5 millones de pasajeros al año, este aeropuerto se proyecta como un destino de trasbordo para viajes largos, por lo que ya se analiza la construcción de una segunda pista dentro del mismo predio.

En la inauguración no solo se consideraron los 800 millones de dólares que  generará para el Municipio de Quito por el concepto de tasas aeroportuarias durante los 35 años de concesión, sino también los beneficios para las comunidades aledañas a Tababela. Por ejemplo, citó que la tasa de desempleo en la zona es del 0% debido a que en la construcción se generaron unos 3.000 puestos de empleo, de los cuales el 98% fue cubierto con mano de obra ecuatoriana.                         

Para el alcalde capitalino también es destacable que se trata de un proyecto integral, es decir, que comprende la construcción y reconstrucción de varias arterias viales que por años estuvieron descuidadas: la repotenciación de la vía Interoceánica, la ampliación de la E35 -que sirve de conexión con las provincias del norte-, y la construcción de la ruta VIVA y  Collas, que estarán listas en 2014. “Nosotros no hacemos propaganda de piletas en ciudades que no tienen agua potable”, enfatizó.

Este moderno complejo, que consta de 13 edificios, recibió el reconocimiento  de las Naciones Unidas y de  la Organización de Estados Americanos (OEA) como la  “Mejor práctica en Sostenibilidad Ambiental en América y en el Mundo” y por la “Excelencia en Liderazgo y Sostenibilidad Ambiental, para un proyecto de servicio público”.

Hoy el trabajo de 9 años se pondrá a prueba con el inicio de operaciones a las 06:00, cuando arranque el chequeo de pasajeros, pues el primer vuelo despegará  a las 09:00.

La capacidad de almacenamiento y carga del nuevo aeropuerto Mariscal Sucre es de 250 mil toneladas al año. Tiene una zona carguera con cuatro bodegas en un área de 12 mil metros cuadrados, donde se puede refrigerar productos perecibles como flores, que corresponden al 90% de las exportaciones que salen desde Quito.   

Esta característica proyectaría a la capital como el primer puerto seco del país,  según Eduardo Dousdebes, secretario de Desarrollo Productivo del Municipio de Quito.

Para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad),  un puerto seco es una terminal intermodal interior, conectada por carretera o riel con una o varias terminales marítimas, que permite agilizar la salida de las mercancías de los puertos hacia su destino, contribuyendo a descongestionar sus operaciones.
 
Precisamente, dentro de la terminal de Tababela estará el Servicio Nacional de Aduana del Ecuador (Senae). 60 funcionarios se ubicarán en la Zona de Carga y 21 en la Sala de Arribo Internacional para realizar los trámites de exportación, importación y nacionalización de mercancías.

El gerente de la Empresa Metropolitana de Servicios Aeroportuarios y Zonas Francas, Fredy Egüez, explicó que en la actualidad el 65% de los ingresos por exportaciones proviene de las operaciones realizadas en el aeropuerto de Quito.

Por otro lado, el gerente de Quiport, Philippe Baril, empresa que estuvo a cargo de la construcción y que administrará el nuevo aeropuerto por los próximos 35 años, agradeció al Municipio y al Gobierno por la rehabilitación de las vías que conectan a la terminal con la capital. Recordó que el país esperó 30 años para tener un aeropuerto eficiente, resultado de un arduo trabajo.