Violencia de género en cuarentena
En 2019, la Comisión Económica para América Latina (Cepal) reportó más de 3.800 feminicidios en la región. En países con altos índices de delitos relacionados con la violencia de género, estas cifras generan consternación en época de cuarentena, puesto que la mayoría de mujeres víctimas de violencia, hoy en día, están confinadas con sus agresores; donde su vida, integridad física o psicológica se encuentran en constante peligro.
Ecuador no es ajeno a esta realidad. Hasta el 12 de abril se recibieron 6.819 llamadas relacionadas a violencia de género en cuarentena. Esto ratifica lo señalado por Bibiana Aído, representante de ONU Mujeres en Ecuador: “Para muchas mujeres, el espacio privado, su propio hogar, es el espacio más inseguro”. Desde el 16 de marzo, cuando se decretó estado de excepción, se activó un protocolo de auxilio para víctimas de violencia durante el confinamiento. No obstante, en un país con altos índices de machismo, es imperativo que se adopten medidas eficaces, que permitan una verdadera prevención, respuesta y apoyo por parte del Gobierno y la sociedad a las víctimas.
Asimismo, no todos los casos de violencia física o psicológica se llegan a denunciar. En Ecuador, el 70% de las mujeres ha sido víctima de algún tipo de violencia; y, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), más del 81% de mujeres no ha denunciado. La realidad es que, en el confinamiento actual, un alto porcentaje de las víctimas de violencia intrafamiliar y de género no denunciarán las agresiones debido a múltiples factores, entre ellos, que dependen económicamente del agresor; están al cuidado de varios integrantes de la familia; el agresor está todo el tiempo cerca de la víctima; entre otros.
Frente a las escalofriantes cifras de violencia contra la mujer, se evidencia que el aislamiento es el escenario perfecto para perpetrar el abuso. En este sentido, es imperativo que los gobiernos implementen mecanismos efectivos de prevención y respuesta ante los casos de violencia. La violencia también es una enfermedad que debe ser combatida por los Estados y la sociedad, y enfrentar las agresiones de género nos corresponde a todos. (O)