Una semana de olvido para el fútbol local
La eliminación del Manchester United -un equipo ‘ecuatoriano’ más desde que llegó Antonio Valencia al plantel- en
la Champions, las derrotas de Emelec y Delfín en la Copa Libertadores y la prolongación de la novela derechos de televisión del fútbol ecuatoriano evitaron momentos de júbilo durante la semana. La ilusión de ver a Antonio Valencia levantando el trofeo de la Liga de Campeones se esfumó por culpa del Sevilla y de los mismos ‘Diablos rojos’ que quedaron debiendo con su presentación en Old Trafford; el deseo de salir cantando con fuerza de la ‘Caldera’ se acabó con el segundo gol de Vinicius Jr.; las esperanzas de ver a Delfín dejando en alto el nombre del fútbol ecuatoriano complicando al Atlético Nacional, al menos, se diluyeron con la expulsión de Luis Luna y el segundo tanto colombiano;_mientras el resultado del tercer concurso de cesión de derechos de la FEF y la postergación del Congreso Extraordinario para el próximo martes, confirmaron que, una vez más, no habrá señal televisada de los encuentros de fútbol. Sin embargo, como las derrotas y las victorias no deben durar más de 24 horas -el tema de las transmisiones es otro cantar, porque el problema superó el mes- a la afición no le ha quedado otra que hacer borra y va de nuevo. A final de cuentas, es solo fútbol, y el fútbol solo se cura con fútbol. Todo lo anotado es superable con trabajo.
Lo que parece no tener pronta solución es la discriminación que existe a nivel mundial. A Fernando Gaibor le ha tocado sufrirla en Argentina en distintos entornos y momentos (apuntado con un arma por miembros de la Policía que sospechaban estaba asaltando al taxista que lo transportaba y, en otra, impedido de subirse a un carro en un concesionario por su posible precaria situación financiera para adquirirlo). Por ser un personaje público su caso se ha hecho conocido y viral, lo que nos lleva a pensar que estas situaciones son comunes en el país donde reside ahora, que no es el primero ni el único donde se escuchan situaciones de esa índole. Acá también ocurrió algo similar con Felipe Caicedo en un restaurante de Guayaquil. Un hecho aún más triste fue la trágica muerte de Ángel Hidalgo, árbitro vinceño con un futuro promisorio. Su partida enluta a un fútbol ecuatoriano enfermo. (O)