Punto de vista
Un “gran paso” de Trump hacia la guerra comercial
En nuestra última columna advertíamos que EE.UU. estaba considerando adoptar una seria medida contra China, lo que pondría al mundo al borde de una guerra comercial.
Ese mismo día, Trump firmó una orden para que su representante de Comercio, Robert Lighthizer, evaluara si las políticas comerciales chinas perjudican a empresas e inversores estadounidenses en materia de derechos de propiedad intelectual o innovación.
Cuatro días después, Lighthizer anunció que había comenzado una investigación a China bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974, que permite al representante de Comercio de EE.UU. tomar “todas las medidas apropiadas y viables” para eliminar el acto, la política o la práctica con respecto al comercio de bienes o servicios, o “cualquier otra área de las relaciones pertinentes con el país extranjero”.
Las políticas chinas pueden estimular o requerir la transferencia de tecnología y propiedad intelectual a empresas en el país asiático, lo que afectaría a los intereses económicos estadounidenses, afirmó Lighthizer.
Este es un desencadenante de un conflicto comercial prolongado.
La respuesta de China no se hizo esperar. El Ministerio de Comercio rechazó la acción proteccionista unilateral de EE.UU., lo acusó de violar las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), al aplicar una ley nacional a un asunto internacional, y anunció que tomará “todas las medidas pertinentes para defender con fuerza sus derechos”.
“Con su investigación de la Sección 301, EE.UU. está tratando de ser jugador y árbitro al mismo tiempo”, comentó Chen Weihua, subdirector y corresponsal principal en Washington de China Daily. Y advirtió que la iniciativa, violatoria del compromiso de la OMC, tendrá graves consecuencias.
Una guerra comercial entre las 2 mayores economías del mundo sería calamitosa para la economía mundial. Y si bien la investigación estadounidense no equivale a una declaración de guerra comercial, avanza en esa dirección.
A otros países también les preocupa la Sección 301 de la Ley de Comercio de EE.UU. En los años 80 y principios de los 90, Washington utilizó ampliamente esta medida unilateral para presionar a sus socios comerciales con la amenaza de aplicar aranceles punitivos si no aceptaban sus exigencias. Si EE.UU. eventualmente adopta sanciones comerciales contra China bajo la Sección 301, Pekín puede presentar una demanda en la OMC.
Si gana, podría frenar esta medida estadounidense. Es imposible predecir cuál sería la respuesta del gobierno de Trump. Sin embargo, es muy poco probable que el actual presidente estadounidense espere un año antes de ordenar nuevas acciones. (O)