Transparencia y democracia
Actuar de cara al ciudadano de manera responsable en el manejo de los recursos que todos pagamos a título de impuestos es hacerlo con transparencia. La democracia requiere de autoridades y ciudadanos transparentes, no solamente en la forma de ser, sino también en la de proceder. Tanto la transparencia como la democracia son elementos que deben ir juntos cuando de los derechos se trata. Pero existe un cuarto componente sustancial a citar, hablamos de la participación y el involucramiento directo de las personas para el mejor desempeño no solamente de la organización estatal, sino también de la sociedad. Un Estado que se supone constitucional, de derechos y justicia como sería el nuestro, no puede construirse sin una base sólida que por una parte enarbole la transparencia y, por otra, la democracia. Nuestra Constitución, próxima a cumplir una década de vigencia, contiene prescripciones que relacionan estrechamente los elementos referidos hasta aquí: transparencia y responsabilidad, democracia, derechos de las personas y de la naturaleza, participación ciudadana. Empero, ninguno de ellos se ha cumplido hasta ahora en términos aceptables, por lo que debemos cuestionarnos sobre la manera de hacerlos realidad, sobre todo, en provecho de las mayorías postergadas. Hoy, después de que hemos soportado un largo período de correísmo, marcado por un sinnúmero de taras propias de regímenes totalitarios, nos enteramos todos los días acerca de la manera tan vil en que se ha saqueado al Estado, lo cual socava gravemente los derechos y los cimientos democráticos de la sociedad. Todo lo contrario a lo que el pueblo definió al votar en septiembre de 2008 a favor de la Constitución vigente. Con la última consulta popular y la designación de los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, parte integrante del denominado “quinto poder”, surge una nueva y clara opción para recuperar el rumbo de la República. Esta solución temporal está respaldada en la voluntad popular que mayoritariamente decidió en la consulta de febrero. Los ciudadanos clamamos por transparencia, democracia y derechos, pero esto no se concretará si no vigilamos y participamos en los asuntos de la gran política, la que sirve a todos. Este es nuestro reto urgente. (I)