Hay talento, pero no están los más idóneos
Ninguna selección, incluso las más grandes como Alemania, Brasil o Italia, están exentas de una goleada. Un mal momento, un mal día o un partido en el que al rival le sale todo puede derivar en un marcador sorpresivo o sin precedentes. Las opciones de caer estrepitosamente se acrecientan cuando se deja de lado a los jugadores de jerarquía.
Una vez más, en busca de la fórmula mágica, se pretende encontrar resultados dejando fuera a futbolistas de experiencia y recorrido con la camiseta tricolor.
No es lo mismo prescindir de un jugador cargado de años que de uno que puede aportar competitividad al equipo. Bien dijo el “Maestro” Tabárez que aún le tiene fe a Luis Suárez pese a que algunas voces piden su salida.
“¿Cuánto hace que está Suárez en la selección? Desde 2007... ¿Cuántos partidos ha jugado? ¿Cuántos goles ha hecho? ¿Cuántas veces ha jugado lesionado? ¿Cuántas veces ha tenido recuperaciones que han sorprendido?... Entonces me parece que es un poco apresurado y que le falta reconocimiento al jugador pensar que ya está terminado”.
En Ecuador nos damos el lujo de jubilar con antelación a jugadores que son necesarios en el combinado, aquellos que pasaron de aplaudidos a agredidos por no llegar al Mundial de Rusia o por la mala participación de la última Copa América. Pasamos de ver con expectativa y emoción un partido del Manchester United el domingo para seguir las arremetidas de Antonio Valencia, a catalogarlo como borracho y trinquero por un par de malos resultados y un error.
Y se ha apoyado la idea de despedir para siempre de la Tricolor a Robert Arboleda, Gabriel Achilier, Jefferson Orejuela, Cristhian Noboa -muchos no superan el tema de los patacones-, Énner Valencia -está, pero quisieran que no esté- y otros más; es decir, dejar de lado a los deportistas que le pueden dar peso a un equipo con jóvenes talentos aunque aún verdes.
Aquellos que estaban seguros que los sub-20 harían una mejor participación que los mayores se han quedado sin palabras tras el 6-1 ante Argentina. A cinco meses de las eliminatorias desconocemos cómo será el equipo que nos defenderá. Célico ha dado una mano, pero ya es hora de que Klinsmann o el que sea, llegue y trabaje con los más idóneos. (I)