Suspensión de ligas juveniles en el mundo
Es evidente que el estado emocional y psicológico de muchas personas ha sido severamente impactado por el encierro forzado, el pánico, el miedo que los medios han sembrado, la falta de información adecuada o la replicación de datos erróneos.
Para tranquilidad de los padres de chicos en procesos juveniles, quienes posiblemente ansiosos, dadas las declaraciones de muchas ligas locales que han cancelado actividades y el cierre de la temporada 2019/2020, es importante entender en relación con la apertura de los torneos profesionales que ahora se reanudan en Europa, América y otras partes del mundo.
Primero, durante la pausa de los certámenes, los futbolistas nunca dejaron de trabajar, mientras que los chicos pertenecientes a ligas juveniles sí, y en su gran mayoría. Los profesionales nunca fueron descuidados por sus clubes y gracias a sus recursos personales, conservaron rutinas diarias seguidas por todos los expertos y profesionales puestos a su disposición para mantener el ritmo y rendimiento.
No lo mismo se puede decir del jugador juvenil quien se dedicó a los videojuegos, dormir, alimentarse mal y no mover su cuerpo como de costumbre. Las prácticas virtuales llegaron fuera de tiempo y luego de que los chicos perdieran más del 80% de su rendimiento. Fallamos en darles responsabilidad.
Mientras el profesional trabaja con su psicólogo, nutricionista, fisioterapeuta, médico y preparador físico, el futbolista juvenil comía Doritos y avanzaba en el capítulo 10 de su serie favorita en Netflix.
Es así que ahora, ante el bajo rendimiento de los chicos, las ligas optaron por dar por concluida la temporada y enfocarse en la nueva (que tendrá un retraso de dos semanas en Italia, por ejemplo) ya que sería inapropiado exponer a los jugadores a actuar en este estado, arriesgándolos innecesariamente a lesiones y otras complicaciones emocionales y físicas. (I)