Retos políticos y electorales de América Latina para el 2021
El 2021 traerá una serie de procesos electorales decisivos en Latinoamérica. Es importante recordar que desde 2019 se evidenciaron importantes focos de protesta social en varios países; situación de crisis económica, social y política que se ha agravado durante el 2020 con la pandemia. Más aún, según cifras de varios organismos internacionales, América Latina es la región del mundo más golpeada por el virus; lo cual se constata en la insatisfacción de la población frente a la gestión de crisis por parte de sus gobiernos, vinculada en muchos casos a corrupción e ineficiencia.
En este contexto, los procesos electorales no solamente tienen como reto el garantizar los derechos políticos desde la legalidad y transparencia; sino que además se enfrentan a desafíos operativos en un contexto de pandemia tales como el ausentismo y una eficiente aplicación de medidas de bioseguridad. Asimismo, los futuros tomadores de decisiones tendrán que generar respuestas a una crisis profunda económica y sanitaria, la gestión de procesos de vacunación masiva, pero sobre todo a la desconfianza de la población frente a la democracia en los distintos países de la región.
Para nombrar algunos de los procesos que generan más expectativa, en el caso del Ecuador, las elecciones de febrero determinarán el cambio presidencial, en medio de varias controversias en cuanto al registro de las candidaturas. En Perú, se definirá un nuevo gobierno que tiene que recuperar la confianza en la institucionalidad del país, luego de haber llegado a tener tres presidentes en una semana debido a escándalos de corrupción. Chile, elige a un gobierno que tendrá que satisfacer las demandas ciudadanas en medio de un cambio de constitución. Asimismo, países como Argentina, México, El Salvador y Bolivia tendrán elecciones legislativas o seccionales en el 2021, las cuales serán un medidor claro de la satisfacción con los gobiernos actuales.
Es fundamental el control nacional e internacional de la transparencia de estos procesos para recuperar la confianza en la democracia. Sin embargo, los principales protagonistas serán los votantes, quienes tienen en sus manos la posibilidad de determinar a sus autoridades. Esto no puede ser realizado de manera aleatoria o en base a encuestas y proyecciones; es necesario profundizar el análisis de los perfiles, planes de gobierno, pero sobre todo de la trayectoria ética tanto de los postulantes como de sus partidos y movimientos políticos. Solo así, se podrá generar cambios positivos en la región que superen los péndulos políticos y planteen soluciones efectivas a la crisis.