Retos políticos Ecuador 2021
Sin independencia económica, es imposible tener independencia política; es decir, capacidad para gestionar el poder. Cualquier Gobierno que gane las elecciones generales en Ecuador, el 7 de febrero de 2021, lo hará condicionado.
Los compromisos adquiridos con los organismos multilaterales marcarán, en gran medida, los límites de la cancha. Si el país quiere sostener su fuente de ingresos y la liquidez para mantener el barco a flote, deberá seguir el guión que no solo es económico sino también político.
En este sentido, existen cuatro retos que serán fundamentales para que Ecuador mantenga un buen ‘historial crediticio’: elecciones transparentes, una nueva Asamblea Nacional técnica, gobernabilidad y una política exterior pragmática.
En cuanto a lo primero, hay más dudas que certezas. El Tribunal Contencioso Electoral y el Consejo Nacional Electoral han sido incapaces de llegar a consensos. Han priorizado agendas partidistas, en lugar del interés común.
El resultado: a menos de dos meses de los comicios, los ecuatorianos no saben cuál es la papeleta presidencial final. El tiempo se acaba y urge madurez de esos organismos para generar el ambiente de estabilidad necesario.
Las decisiones económicas que marcarán el inicio del nuevo Gobierno demandarán, además, una Asamblea Nacional técnica y útil. Por la urgencia del momento, el nuevo Presidente deberá procesar varias decisiones económicas a través del Legislativo. Si no se elige a las personas más idóneas, con iniciativa, la lógica de levantar la mano y aprobar leyes sin reparar en su contenido será la tónica.
En cuanto a la Gobernabilidad, esta dependerá; al menos en el arranque del Gobierno, de la legitimidad con la que llegue. Eso implica imponerse en las urnas con un porcentaje importante de votación. De lo contrario, cada acción será una provocación que pudiera alimentar una peligrosa ebullición social.
El cuarto reto es una política exterior clara y pragmática. De la profundización de relaciones con los principales socios comerciales, la suscripción de acuerdos económicos y alianzas estratégicas, dependerá en gran medida la reactivación productiva.
Sin embargo, existe un alto riesgo de que tras las elecciones vuelva un modelo, liderado por el correísmo, que vaya en contrasentido a todo lo que el país requiere para recuperarse.
De ahí la importancia que tienen las elecciones del siguiente año. Los ecuatorianos no solo elegiremos un Gobierno, sino un modelo económico y político que podrá convertirse en una oportunidad para superar la crisis o una nueva piedra de tope que prolongue la agonía. (O)