Punto de vista
Protagonistas con derechos
Es importante en este campo contar con un marco normativo, expresado en la Constitución y otros instrumentos legales, como la Ley de Comunicación, que establece los derechos de los adultos mayores desde su primer capítulo (artículo 10). Señala que los medios de comunicación deben abstenerse de emitir contenidos que atenten contra la dignidad de los adultos mayores o proyecten una visión negativa del envejecimiento.
En el mundo occidental es reiterativo un trato despectivo al adulto mayor, se piensa que los derechos son para las etapas productivas de la vida y por ello son dejados de lado y no representados en los medios de comunicación. Tampoco son parte de las agendas informativas y los mismos periodistas no muestran interés, salvo cuando son objeto de una desgracia o acto de violencia. En estos casos la cobertura se aleja de la situación real de los adultos mayores para priorizar el sensacionalismo como sucede en la crónica roja. De esta manera, en los televidentes se produce pena porque son revictimizados, porque las cámaras se introducen de manera poco ética para que se refieran, casi obligadamente, a las situaciones que viven. Sin duda, estos programas no mejoran la condición de los adultos mayores, por el contrario, atentan contra su dignidad personal.
Los estereotipos negativos contra los adultos mayores también se los mira en la publicidad.
Otra distorsión marcada en los medios es mirarlos en condición de minoridad personal, como a un niño o joven que necesita que alguien les ayude o decida por ellos. Debemos entender que ellos tienen todos los derechos, igual que otros grupos de población.
La tarea de los medios es que los miren como protagonistas de la noticia, actores con capacidad de decidir y opinar más si ellos viven en condiciones contrarias y, por lo mismo, tienen mucho que decir. Considero importante emprender una tarea de sensibilización a nivel de medios, propietarios, editores y periodistas, en las salas de redacción, como tema de cobertura desde todos los ámbitos. Esta sensibilización debe abonar en el tipo de cobertura, con una visión más positiva. Igual se debe extender a los contenidos de la publicidad porque los adultos mayores aparecen en una situación idealizada o limitada a productos dirigidos para ellos, como los pañales o pegamentos de dentaduras. A pesar de que conducen bien y son consumidores, las marcas de vehículos nunca los incluyen, aparecen más los jóvenes frente al volante. Con esto se reproducen estereotipos negativos, no se potencializa todo su aporte a la sociedad por su experiencia y conocimiento.
Todos los medios de comunicación, públicos y privados, deben ser parte de esta campaña de sensibilización, de emprender un proceso verdadero de inclusión, participación y cumplimiento de derechos.