Ecuador ha sido un foco de atención en el tema de ciberseguridad este año. En abril recibió más de 40 millones de ataques cibernéticos a raíz de retirar el asilo político a Julian Assange. Este incidente nos llevó a ser parte del Top 50 de los países más atacados a nivel mundial, según Kaspersky. El 11 de septiembre la firma israelí de seguridad informática vpnMentor publicó un reporte indicando que una brecha de seguridad en un servidor localizado en Miami revelaría datos personales sensibles de alrededor de 20 millones de ecuatorianos. Este servidor sería de propiedad de la empresa ecuatoriana Novaestrat, dedicada al análisis de datos y marketing digital. Esta noticia impactó porque se llegó a filtrar gran detalle de nuestra información personal y  privada, que es aquella que perjudica la intimidad personal de un individuo. Estos datos particulares solo deben ser revelados con autorización previa del titular. Si bien es cierto, el Gobierno ha indicado que ninguno de sus sistemas ha sido víctima de un ataque cibernético, también es cierto que existió una filtración de información. Instituciones públicas y privadas invierten miles de dólares anuales en fortalecer sus sistemas de seguridad de la información. Sin embargo, toda esa inversión puede verse afectada si no se tienen definidas políticas claras a nivel de la organización y Gobierno. Existen varios marcos de referencia y estándares que pueden guiar a una organización para proteger su información. Además, siempre será imprescindible contar con recurso profesional especializado para liderar proyectos de esta envergadura. Por otro lado, el Gobierno debe definir leyes claras que protejan a los ciudadanos y sus datos personales. Ya se envió un proyecto de Ley de Protección de Datos Personales, el cual permitirá garantizar y proteger el tratamiento de esa información. En el país se ha detectado un problema relacionado a la supuesta comercialización de bases de datos y el hecho ocurrido nos expone aún más a nivel internacional. Varios peligros pueden presentarse: suplantación de identidad, pishing, fraude financiero, entre otros. Es importante que la ciudadanía tome las precauciones necesarias para evitar caer en cualquier tipo de estafa. (O)