A nivel latinoamericano solo se habla de las políticas restrictivas de Estados Unidos. Sin embargo, en México se violan muchos de los derechos migratorios y humanos al mismo nivel que en Estados Unidos. No hay una política clara y certera para ayudar a una migración de tránsito, considerando que los centroamericanos no quieren quedarse en México sino llegar a la frontera norte para entrar a Estados Unidos.

Tampoco se habla de las separaciones que sufren las familias inmigrantes ni las deportaciones que realiza el gobierno mexicano.

La presencia de los militares en la frontera vulnera aún más sus derechos y México cae en la línea de Estados Unidos del cierre de fronteras, violando la libre circulación de las personas. En la cuestión de las relaciones internacionales, México está condicionado por el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, lo cual ejerce una presión desde el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, las políticas mexicanas contra la migración ya existían desde antes.

La situación es compleja; México tiene un desafío, pero el gobierno no considera un plan que enfoque los derechos humanos. (O)