Liga (Q) y El Nacional hicieron poco el fin de semana por salir de los últimos lugares del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol. Los ‘albos’ -penúltimos- extendieron su crisis de resultados con una derrota en Cuenca (2-0) y los ‘militares’ -antepenúltimos- igualaron 0-0 con el puntero Delfín en el Olímpico Atahualpa. La realidad del fútbol quiteño, dueño de todos los títulos entre 2003 y 2011, excepto el de 2004 que ganó el Deportivo Cuenca, es cada vez más preocupante porque Liga y ‘Nacho’ además de no contar con planteles estructurados correctamente para levantar, están en mejor situación que Aucas y Deportivo Quito, uno en la serie B y otro en la segunda categoría. Los cuatro clubes reconocidos como los históricos de la capital o la provincia y protagonistas de los clásicos quiteños se muestran muy por debajo del nivel y organización de Independiente del Valle y Universidad Católica, que en los últimos años han mantenido un equilibrio que les permite, al menos, exigir a Emelec y Barcelona en la búsqueda de los objetivos, aunque tampoco les alcance para llegar al título.

Liga dejó de ser el equipo exitoso y ejemplar, acostumbrado no solo a ganar, sino a respetar los procesos cuando los resultados no se daban. El mismo club que respaldó a Edgardo Bauza en 2007, pese a que las cosas no andaban bien al principio -y constató que acertó porque al final de esa temporada fue campeón y un año después conquistó nada más y nada menos que la Copa Libertadores-, contó con tres entrenadores en 2016 (Claudio Borghi, Álvaro Gutiérrez y Álex Aguinaga), la misma cantidad que entre 2004 y 2013 (Juan Carlos Oblitas, Edgardo Bauza y Jorge Fossati). Sin tino para armar una buena base de jugadores, la institución se dedicó a fichar como hacía antes de su era gloriosa y emulando a otros conjuntos que cuando no veían un panorama alentador sumaban futbolistas que no reunían las características idóneas para militar en un cuadro grande. El resultado no podía ser otro que fracasar en el campeonato y despedir al entrenador de turno por ser el supuesto culpable de la situación. Así, Gutiérrez y Aguinaga, que pudieron trabajar a mediano o largo plazo, dieron espacio para Gustavo Munúa, que ha efectuado una campaña menor a la de sus antecesores. A los dirigentes les tocará esperar o seguir coleccionando técnicos y jugadores como en los últimos años en que, por ejemplo, hubo un desfile de atacantes, y casi ninguno destacó: Jaime Ayoví, Félix Borja, Luis Congo, Juan Luis Anangonó, Carlos Tenorio, Daniel Angulo, Miller Castillo, Narciso Mina... Ante esa pobreza, Barcelona y Emelec tienen vía libre para levantar la corona nuevamente, aunque IDV -segundo- y el sorprendente Delfín -líder- también se apuntan. (I)