Un largo expediente guarda el Archivo General de  Bogotá sobre un levantamiento indígena en Riobamba, justo en los días de Semana Santa del año 1763. He concurrido a dicho archivo y he podido trabajar en la transcripción paleográfica de muchas páginas para ofrecer estas noticias sobre un tema que no está en la predilección de los investigadores mestizos. Si hemos de reivindicar líderes olvidados por la historiografía tradicional y convencional, aquí tenemos una valiosa fuente argumentada.

“Siempre dije a Vuestra Alteza que los indios de esta villa, que los más son ociosos, aunque se disimulan exercitados en los oficios que profesan, fueron los causantes de la sublevación, queriendo así libertarse de hacer las gañanías a que presumieran que juntamente se les precisaría  concluida la numeración y que tuvieron muy premeditado el alzamiento y lo anticipó el arrojo del indio que rompió el auto de nuestro Oidor, Numerador y Visitador, en el día 7 de marzo citado, y esto mismo hallará vuestra alteza comprobado por los testigos de la sumaria en su dicho a las preguntas primera y cuarta de las declaraciones y en aquellas mismas y por dicho de muchos testigos en el cuerpo de sus deposiciones reza vuestra Alteza, que estos mismos indios de Riobamba fueron los que la noche del día 7 pasaron a convocar a los de los altos inmediatos, y a otros pueblos de la jurisdicción con el malicioso arte para incitarlos, provocarlos y enfurecerlos.

Todo para decirles que nuestro numerador les quitaba sus hijos para errarlos y venderlos, que sus curas habían sido heridos y presos, que la imagen de Nuestra Señora de Sicalpa la habían despedazado los españoles y otras diabólicas noticias con que lograron sacar de sus casas a los inocentes y precipitarlos al mayor delito y como esto resulta contextemente de todos los testigos de la sumaria y así mismo que no han sabido ni oído que otra persona noble, blanca o mestiza, directa ni indirectamente concurriese ni indujese para la sublevación.

Está claro que estos indios que viven en la villa de Riobamba fueron los causantes y cabezas de tan execrable maldad, y que los de los altos cooperaron por un medio simple a que les condujo el artificioso engaño de los de Riobamba, como ingenuamente lo depone el citado indio Nicolás Lema en su declaración que se halla a fojas 167 a las preguntas tercera y cuarta que le hice, y en que va contexte con todo el demás número de testigos.-

Sentado el que plenamente se ha justificado, fueron los indios de esta villa las cabezas y causantes de la sublevación y que no resulta de toda la pesquisa ni el menor indicio contra otras personas decentes a sacar de entre el común de ellos (que todos los juzgo causantes y a ninguno me atrevo a exceptuar) aquellos que fueron más osados y que hicieron el papel de xefes en la sublevación, y digo que estos, según consta de la sumaria, por plenitud de testigos son un Antonio Obando de oficio bordador, al que aclamaban, diciendo: ‘Muera el Rey y viva Obando’. Llevando igual aclamación un Guaninga, que no he podido judicial ni extrajudicialmente averiguar quien sea, y por lo que me inclino a lo que dije en mi informe de 31 de marzo que este es un modo inusitado para nosotros con que esta nación aclama su antiguo Inga, y si fuese lo contrario, lo cierto es que no ha podido averiguarse, y que varios testigos dicen que hay muchos indios con el apelativo Guaminga.-

También se hicieron famosos jefes un Antonio Taypi, sacristán que había sido y volvió a serlo después de la sublevación, en la iglesia de la Compañía de Jesús, y otro que era sacristán y lo es hoy en la de San Agustín, nombrado Ambrosio Anla, y un fulano Gabilanes de oficio bordador, que los más de los testigos dicen no supieron su nombre y solo declaran su fisonomía, que fue criado del doctor Gabilanes y que vivía en la casa de doña Isabel de Velasco, pero lo nombra el testigo octavo a la pregunta segunda y dice ser Juan Gavilanes. Yo lo conozco muy bien y lo veo muchos días porque ninguno de estos se esconde, amparados del perdón que en el Real Nombre se les ha concedido, y este dicen varios testigos que fue el que hizo seña desde la torre de la iglesia matriz, para que concurriesen los indios que estaban en la cantera de Santo Domingo, como lo hicieron. (O)