Punto de vista
Las explicaciones inexplicables de las elecciones de 2017 en Tungurahua
Somos 449.360 electores en una provincia que tiene 504.583 habitantes. En esta provincia de Tungurahua que está repletándose en lo urbano y lo rural, existen 136.409 mujeres en edad de reproducción. Lo que indica que si ellas deciden, nos pueden dar ese mismo número de hijos en un solo parto y en un plazo máximo de un año. ¿Qué tiene que ver esto con las elecciones a dignidades de la provincia y del país? Pues que no solo hay que mirar el número de electores que va en aumento, sino en que los aspirantes a gobernarnos desde el plano sectorial, hasta el nacional, no han hablado de propuestas para enfrentar la explosión demográfica que incide en todo y en todos.
No solo se trata de buscar propuestas para la contaminación que deriva, por ejemplo, del uso de pañales desechables, que si lo emplean para todos los niños tendrían que consumirse unos 500.000 plastificados con un promedio de que el niño orina tres veces diarias, sin tomar en cuenta las nocturnas. Luego y ligado a este aspecto de crecimiento desde que uno nace, viene el uso de detergentes, medicinas, mamaderas, chupones, papel higiénico, tarros con leche, agua, electricidad, alimentación adecuada, etc., etc. ¿Y los basureros y los ríos? A esto deben responder los 184.135 casados responsables de tener sus críos; pero el caso es que Tungurahua, entre separados y divorciados suman 20.019 que dan la medida de que hay crisis familiar en un 10,6% de la población provincial.
Este dato hasta puede llegar a duplicarse debido a los casos que no han llegado a la determinación judicial que sirve para estas contabilidades. Los representantes a legislar y a cubrirnos con leyes que aseguren un convivir adecuado, ¿qué propuestas nos han hecho en este sentido? Hay que decir que tenemos una población entre 5 y 9 años de 45.158 niños; y entre 10 a 14 años hay 47.913 niños que estarán buscando escuelas para educarse adecuadamente. Y a esto deben sumarse las dos cifras para que los políticos interesados en hablar de educación básica enfrenten de mejor manera este tópico que requiere escuelas, maestros, autoridades educativas y calidad instructiva que nos saquen de la postración intelectual que vive la provincia que no ha superado los conceptos del siglo XIX, con sus honrosas excepciones. ¿Qué propuestas han hecho para educación pública y privada?
Saltemos luego a la cifra de 41.474 jóvenes que están entre 20 y 24 años, es decir, buscando universidades y educación superior en general. ¿Cuál es la propuesta para ellos? ¿Cuántas reuniones han tenido con autoridades universitarias para que se busquen carreras adecuadas que justifiquen los recueros del Estado que se invirtieron también? Si hemos visto esta realidad en torno al nivel de instrucción, las cifras no mienten sobre el nivel vergonzante que tiene Tungurahua en cuanto a analfabetismo. De esto no hablan nuestras autoridades públicas ni las educativas. Solo nos cantaletean que somos un pueblo culto, cuna de tres Juanes, de Mera y de Montalvo, con cátedras incluidas, cuando en realidad hace falta dar oportunidades para que los niños vayan a la escuela. La provincia con menor número de analfabetos en Ecuador es Galápagos.
Allá solo uno de cada tres habitantes no fue a la escuela (1,3% de analfabetismo). El salto damos a Pichincha que tiene un 3,5% de analfabetismo. Guayas ya tiene un 5% de analfabetos. Y de entre las 24 provincias de este país, Tungurahua está en el puesto número 16 con el 7,5% de analfabetos. Esto quiere decir que 15 provincias nos ganan en nivel de instrucción de su gente. Otro dato que sobre esto conviene resaltar es que en Tungurahua hay niños que no terminan la escolaridad básica, las estadísticas revelan que un 9,38% de los estudiantes de estos niveles se retiran.
Otra vez nos ubicamos en el puesto número 14 entre las regiones provinciales que mantienen deserción. Esto obviamente tiene que ver con la gente que concurre a establecimientos públicos, puesto que la educación privada es otro mundo, y corresponde saber que en esta provincia, un 30% de establecimientos de este nivel ofertan la educación cobrada, en tanto que el 70% van a los centros de educación pública. El caso se agrava por tener vecinas provincias que nos remiten gente que busca supervivencia en nuestra provincia que es un mercado formalmente informal. (O)