La Nueva Era Industrial
La Primera Revolución Industrial, que se dio en la segunda mitad del siglo XVIII, trajo consigo grandes cambios en el diario vivir de las personas. Pasamos de una sociedad que basaba su economía en la agricultura y artesanía, a una que dependía de la industria. Todo esto gracias a avances tecnológicos como fuentes energéticas a carbón y las máquinas de vapor.
En la Segunda Revolución Industrial, durante el siglo XIX, se descubre la electricidad y con esto se establece la producción en serie y las líneas de ensamblaje. Se inventan el telégrafo, el automóvil, el aeroplano, entre otros.
Por otro lado, la Tercera Revolución Industrial, que aparece a mediados del siglo XX, empieza a apalancar a las nuevas tecnologías de la información y comunicación, así como las energías renovables. En esta etapa se dieron grandes avances en la ciencia y tecnología. Aparecen las computadoras, se crea la internet, el software, la electrónica y robótica y cómo olvidar la conquista del espacio con Neil Armstrong en 1969.
La nueva Era Industrial o Industria 4.0 se caracteriza por la convergencia de tecnologías que trascienden lo digital, físico y biológico. El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) indica que esta revolución no se define por el aparecimiento de nuevas tecnologías emergentes como tal, sino por la evolución hacia nuevos sistemas basados en los avances tecnológicos de la anterior revolución.
Los nuevos logros en robótica, inteligencia artificial, biotecnología, nanotecnología o internet de las cosas, por nombrar algunos, han dado lugar a que se reinvente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos.
Klaus Schwab fundador del WEF revela que “los cambios son tan profundos que desde la perspectiva de la historia humana nunca ha habido una época de mayor promesa o potencial peligro”.
La Cuarta Revolución Industrial llegó para darnos la oportunidad de aprovechar todas las ventajas que nos ofrece y a la vez adaptarnos y tomar conciencia sobre los cambios que propone. (O)