Punto de vista
La política climática mundial en vilo
El mundo espera que Donald Trump anuncie si EE.UU. abandona o permanece en el Acuerdo de París, adoptado por 195 países en diciembre de 2015 para evitar el calentamiento global que amenaza la supervivencia humana. Pero en uno u otro caso, la cooperación internacional sobre el cambio climático se verá afectada negativamente.
Las medidas ambientales de Trump son preocupantes. En marzo, firmó una orden ejecutiva desmantelando el Plan de Energía Limpia de Barack Obama, y la Agencia de Protección Ambiental retiró de su sitio web la información sobre el cambio climático. Además, Trump ya ha dejado claro que su país no hará más contribuciones al Fondo Verde para el Clima y frenará cualquier discusión sobre el financiamiento climático.
El Acuerdo de París tiene muchos defectos, pero es un logro importante. Sin él no habrá un marco global ni un plan de acción para las próximas décadas, y el mundo se encontrará a la deriva a medida que la crisis empeore. Si EE.UU. lo abandona será un duro golpe, en especial porque es el principal emisor de gases de efecto invernadero después de China y también el mayor emisor per cápita.
El ex secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon y Robert N. Stavins, profesor de la Universidad de Harvard, argumentaron en un artículo publicado en The Boston Globe que EE.UU. debe permanecer en el Acuerdo de París por el bien del mundo y por sus propios intereses.
El gran cambio en la política climática del país del norte llega en muy mal momento. En abril, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera superó por primera vez las 410 ppm (partes por millón) en el Observatorio Mauna Loa en Hawai. Nos estamos acercando al límite de peligro de 450ppm, en el que solo hay un 50% de probabilidades de mantener el aumento de la temperatura global en 2° C.
Fue, por lo tanto, alentador que al cumplirse los primeros cien días de la Presidencia de Trump, el 29 de abril, miles de ciudadanos estadounidenses marcharan en Washington y otras ciudades del país para protestar contra la política ambiental de su gobierno.
También es importante que los ciudadanos y los gobiernos del resto del mundo fortalezcan su decisión de luchar contra el cambio climático, en lugar de relajarse ahora que EE.UU. se niega a hacer su parte.
La mejor solución sería que ese país permanezca en el Acuerdo de París. Esto no va a suceder. Por lo tanto, puede que tengamos que esperar al menos cuatro años antes de que otro Gobierno estadounidense vuelva a reunirse con el resto del mundo para hacer frente al cambio climático. Esperemos que no sea demasiado tarde. (O)