Punto de vista
La lucha contra la corrupción
La comunicación mediática está saturada en estos tiempos por el tema de la corrupción. El acento se pone en los funcionarios sobornados para obtener gigantescos contratos con el Estado. Se soslaya la culpabilidad de los corruptores, las grandes empresas, los gigantescos grupos y corporaciones que dominan el mundo. Se elude el fondo del problema, el sistema capitalista basado en la obtención de ganancias a costa de lo que sea, sacrificando toda ética.
Los medios de comunicación se nutren de estos escándalos. No con el ánimo de llegar a las causas profundas, sino para desviar la mirada hacia quienes intentan los cambios revolucionarios que se han tornado urgentes. Latinoamérica se llena de ejemplos. Los gobiernos progresistas, que han iniciado procesos para sacar de la miseria a millones de pobres, son sometidos al fuego cruzado de falsedades comprobadas pero convertidas en verdades por el método Goebbels, repetirlas mil veces. La corrupción existe en todas partes y en todas las épocas.
Lo corrobora Transparencia Internacional, en su último estudio mundial sobre el tema (2016). A nivel mundial Dinamarca figura como el país menos corrupto, pero la sufre aunque en cantidades menores. En Latinoamérica, Chile y Uruguay son los menos contaminados, pero tampoco están exentos.
Tan importante como denunciar la corrupción es mostrar quiénes luchan realmente contra ella. El mismo informe registra la disminución de la corrupción en Ecuador entre 2010 y 2015. En 2016 estalla el escándalo de los ‘Panamá Papers’, suscitado por un grupo de periodistas, al parecer con intenciones de perjudicar a alguno de estos gobiernos progresistas.
La bomba les estalla en las manos y salen a la luz cientos de casos que pretendían ignorar. Sobresale un gigante emblemático de este capitalismo corruptor: Odebrecht. Son muchos los nombres de políticos manchados y otros los justa o injustamente salpicados. ¿Cómo utiliza esta denuncia el aparato mediático del capital? Presentando las cosas a la manera en que esos medios son expertos: tergiversándolas para volverlas contra los gobiernos progresistas.
El presidente Correa responde con acciones de fondo para atrapar a los corruptos comprobados y contra los paraísos fiscales, los refugios donde esconden sus botines, y propone un pacto ético para vetar políticamente a quienes aparezcan con empresas o cuentas allí, lo que afecta a varios de sus opositores candidatos en los próximas elecciones presidenciales. Va más allá: lleva su propuesta a la ONU donde recibe fervorosa aceptación. Igual sucede en la Cumbre G77 (países que hoy son 134), que lo ha designado su presidente.
Estas son las realidades que no le perdonan los corruptos que, desesperados, lanzan su estrategia de calumnias. Pero también en esta ocasión la verdad sobre quiénes son los que verdaderamente luchan contra este cáncer terminará imponiéndose. (O)