En el fútbol la planificación es muy importante, ya que es el proceso de establecer objetivos a corto, mediano y largo plazo, así como también el momento para proponer la metodología que se  utilizará para optimizar el rendimiento deportivo de los futbolistas en lo técnico, táctico, físico y psicológico. Los objetivos y metodología son propuestos por el DT y su equipo de trabajo, según la dinámica de los torneos en los que se participará. Uniendo criterios y, en conjunto, con el personal administrativo, se construyen las estrategias, según los propósitos y el presupuesto disponible.

No es lo mismo establecer un proceso de eliminatorias mundialistas de la Conmebol, en el que se juegan, por lo general, seis partidos por año, que planificar un torneo sudamericano de las categorías juveniles, donde se podrían disputar 9 partidos en 20 días. De igual manera, es muy distinta la planificación para el campeonato nacional, en el cual se disputa 1 partido por semana, y la temporada dura un año. Los torneos son diferentes y necesitan una preparación que se adapte a estas exigencias.

Definir en la planificación la manera de medir los resultados es esencial, puede suceder que el éxito a corto plazo se logre fichando a varios jugadores que no pertenezcan al club, si de campeonato nacional hablamos. Se seleccionarán las mejores opciones en cada posición dentro del campo de juego, pero -por supuesto- todo eso va ligado a los recursos económicos que el club disponga. Sin embargo, a largo plazo, nada nos garantiza que se mantengan los éxitos deportivos, en caso de existir alguno. Esta estrategia no asegura ningún tipo de logro deportivo, menos aún si se mide por el número de trofeos obtenidos.

Las bases deben ser fuertes. Y al decir bases apuntamos a las categorías juveniles, las cuales son las llamadas a proveer de jugadores al equipo profesional.

Durante la fase de planificación es recomendable buscar referencias, mirar por qué destacan los modelos de éxito,  además de observar y evaluar qué se hizo antes en nuestra propia institución y si esto dio resultados positivos. Este análisis debe ir  siempre contextualizado en el entorno en  que el equipo se desenvuelve. En el fútbol, como en la vida, no existen fórmulas perfectas, pero se puede detectar y tomar las mejores prácticas de otras culturas futbolísticas para adaptarlas a nuestra realidad o crear modelos propios. (O)