Informalidad y empleo postpandemia
El imaginario conceptual tradicional de la economía informal se refiere a las actividades económicas que no tributan y no son cuantificadas por las estadísticas estatales.
No obstante, desde que el término fue acuñado por el antropólogo Hart, en 1973, ha evolucionado para comprender las actividades que satisfacen demandas que los sectores formales no lo hacen, así como labores relacionadas con el autoempleo y la ruralidad. Incluso, el sistema de empresas extraterritoriales (offshores) son parte del sector informal por la imposibilidad de cuantificarlo dentro de las cifras oficiales de donde operan.
En Ecuador, según los estimados del Instituto del trabajo IZA, la economía informal representaba un equivalente al 37% del Producto Interno Bruto (PIB) en el año 2019.
Esto puede estar relacionado con una serie de factores que incluyen, pero no se limitan, a un mal diseño institucional que puede ser incongruente con la realidad de los mercados internos y, a su vez, con los sistemas de recaudación tributaria que facilitan e incentivan la evasión fiscal.
En el marco de la pandemia del covid-19, el Gobierno ecuatoriano tomó medidas drásticas para reactivar la economía.
Entre otras, cuestiones como la desregulación laboral han sido compatibles con la idea que propone que si las empresas logran reactivarse, estas podrían generar los empleos que el sector público ha prescindido a causa del ajuste fiscal.
No obstante, hay que considerar la existencia de variables adicionales como la innovación tecnológica productiva, lo que extingue la posibilidad de una relación directamente proporcional entre el crecimiento de las operaciones empresariales y la generación de empleo.
El fin de una empresa es la generación de renta, por lo que la inversión en innovación tecnológica puede optimizarla sin la necesidad de la creación de nuevos puestos de trabajo.
Teniendo en cuenta estos factores, Ecuador puede esperar un repunte estimado en sus cifras referentes a la economía informal de aproximadamente 10 puntos porcentuales en relación con su PIB.
Cabe indicar que este sector no se refiere netamente a vendedores ambulantes. Este es un concepto multidimensional que está arraigado dentro del sistema económico mundial.
Por lo que, mientras se lo siga considerando como un fenómeno doméstico y univariable, las políticas públicas no lograrán ser efectivas para su erradicación. (O)