→¿Puede afectar el coronavirus a los impuestos? Sí, sin duda. La salud de los impuestos tiene relación directa con el crecimiento económico, una recaudación creciente y sostenida es posible en una economía que genere riqueza y empleo.

La reducción del consumo internacional, que se refleja en una disminución de las exportaciones, pasará factura en la recaudación por impuesto a la renta en el sector, a menores ingresos y las utilidades disminuyen, cuyos efectos los veremos en 2021; en particular de la industria petrolera, con la baja drástica del precio que llega a $ 31,73; y la reducción de la demanda de banano y camarón.

El IVA, que grava el consumo, también se afectará, fruto de las propias medidas de salubridad que exigen evitar eventos públicos, actividades de ocio que gravan IVA 12%; además, sectores dentro del rubro de turismo también verán afectada su actividad y el pago del IVA. Mientras que aquellos que aumentaron sus ventas en mascarillas, geles y jabones, no generarán más IVA ya que gravan 0%.

Y, como en todo, también existen impuestos inmunes a los virus, la sorpresa en recaudación podría venir por parte del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD). El Instituto de Finanzas Internacionales ha realizado un cálculo de $ 30.000 millones que salieron de países emergentes como consecuencia del coronavirus. Si el ISD fuera mundial hubiese generado $ 1.500 millones en recursos para esos países. El beneficio del ISD para Ecuador podría venir por doble vía, bien por un aumento en la recaudación y un aliento para las finanzas del país. O en una sostenibilidad que, en procura de evitar el pago del ISD, los recursos permanezcan en la economía ecuatoriana que precisa de dólares para su funcionamiento.

La situación tributaria del país no es fácil. De un lado, las medianas y grandes empresas este mes y hasta 2022 deben para la “contribución única y temporal” que va entre el 0,10% y el  0,20% de los ingresos gravados de 2018. De quienes no puede exigirse sacrificio fiscal es de quienes no tienen empleo o quienes apenas logran cubrir la canasta familiar ($ 713). Por lo que probablemente se volverá a la práctica tóxica, pero efectiva, de regresar a ver a la clase sándwich para salir de la crisis. (O)