Desde la Revolución Industrial gran parte del desarrollo humano se ha impulsado por la quema y procesamiento de combustibles fósiles, entre ellos el carbón, gas natural y petróleo por su abundancia y alta densidad energética. Sin embargo, la combustión de estas fuentes de energía genera Gases de Efecto Invernadero (GEI), considerados como la principal causa del calentamiento global, debido a la intervención humana y que presenta consecuencias graves para los patrones de clima en el planeta.

Uno de los conceptos claves utilizados en la reducción de emisiones de GEI es la “huella de carbono” que se define como el impacto de cualquier actividad humana, medido a partir de las emisiones producidas. Los principales gases que provocan el efecto invernadero son: dióxido de carbono, metano y óxidos de nitrógeno; con el objetivo de estandarizar la estimación, se considera las toneladas de dióxido de carbono (CO2).

El cálculo de la huella de carbono generalmente toma en cuenta los patrones de consumo en calefacción y ventilación de vivienda, uso de agua, electricidad, transporte y alimentación. Al conocer las emisiones generadas por estas actividades, se puede calcular la huella de carbono total. En Ecuador, el Ministerio del Ambiente (MAE) dispone de una calculadora de huella ambiental, que permite al ciudadano conocer sus emisiones de GEI y determinar los hábitos que debe cambiar para reducirlas.

Según el Balance Energético Nacional (BEN) publicado por el Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos (Micse), en 2015 las emisiones de GEI en Ecuador fueron de 2,70 t de CO2 equivalente por habitante, aunque este valor está por debajo de la media mundial (4,99 t de CO2 equivalente) según datos del Banco Mundial, aún puede reducirse a través de la implementación de medidas de eficiencia energética y uso de fuentes renovables.

Debido a su naturaleza física, una parte significativa de la energía que se produce, no provee servicios útiles, sino que se pierde principalmente en forma de calor. Por tanto, un segmento sustancial de los esfuerzos orientados a la reducción de la huella de carbono está enfocado en minimizar las pérdidas de calor o recuperarlo para ser reutilizado en procesos productivos.

En el caso de edificaciones, algunas de las técnicas como la iluminación eficiente o el aislamiento de viviendas, producen una reducción considerable en las pérdidas de energía. En el sector transporte, la reducción de emisiones de GEI puede lograrse mediante la implementación de rutas alternativas, incremento de sistemas férreos y reemplazo de automóviles de combustión por vehículos más eficientes (eléctricos, de celdas de hidrógeno, biocombustibles). En Ecuador con el aumento de plantas de energía renovable implementadas, se ha dado un paso importante hacia la reducción de la huella de carbono.

Pese a que la reducción de la huella de carbono de un país parte del compromiso de sus autoridades, negocios e industrias, la contribución de cada persona es igualmente significativa. Se puede contribuir al desconectar los equipos eléctricos y electrónicos cuando no se usen, utilizar focos ahorradores, apagar las luces de cuartos vacíos, conducir eficientemente y evitar el uso del transporte privado. (O)