Historia de una derrota
Muchos cineastas a nivel mundial han puesto online sus películas para alentar a los espectadores durante la cuarentena. Así es posible hallar en YouTube la boliviana Boquerón (2015) de Tonchy Antezana, sobre la Guerra del Chaco que enfrentó a Bolivia y Paraguay en 1932.
Boquerón recuerda la respuesta del Estado boliviano a una incursión militar paraguaya en otro fortín, enviando un contingente, el cual es cercado por el enemigo.
Antezana nos sitúa dentro del fortín Boquerón, la vivencia de los soldados y oficiales para defenderlo, enfrentando más que los ataques militares, los problemas de su deslocalización: puesto que varios soldados provenían del altiplano, en el Chaco, una región al sur de Bolivia, las temperaturas de hasta más de 40º, debilitaron sus fuerzas.
El contingente que defendió Boquerón, por lo tanto, lidió con la sed y el hambre, la falta de municiones y recursos médicos. Cuando los defensores capitulan y pactan con los generales paraguayos, estos se sorprenden que Boquerón fuera defendido por un puñado de soldados mientras el gobierno paraguayo había enviado a miles de soldados para tomar el fortín.
En definitiva, la historia –y la película lo muestra– es de una derrota paradójica: Boquerón es un hito en la defensa de un emplazamiento militar realizado por hombres que preservan sus vidas, luchando más que todo contra la sed y el hambre por varias semanas.
La película de Antezana representa si bien el deterioro de las fuerzas, el valor de los soldados. Y lo hace mostrando a hombres de carne y hueso, a personas que ansían, tienen sueños y esperanzas, además de sus debilidades. Es la parte humana de la conflagración. Incluso los paraguayos son expuestos como seres de honor.
Antezana, de este modo, hace una película de tono épico. El trabajo de la banda sonora es notable, así como la recreación histórica. Quizá hay ciertas secuencias que podrían editarse, además de ciertos diálogos que sobran. Con todo, es un recomendable acercamiento al cine boliviano contemporáneo. (O)