El 18 de julio el Gobierno hizo el lanzamiento de una política para convertir al país en un “Ecuador Digital” hasta el 2021. En este evento se realizó la primera prueba de alta velocidad de la telefonía móvil 5G generando así mucha expectativa a todos los ciudadanos del país.

La telefonía móvil ha sido una de las tecnologías de comunicación que mayor crecimiento ha tenido desde sus inicios. 5G, cuyo estándar fue aprobado en diciembre de 2017, se refiere a la quinta generación de telefonía móvil que se prevé permitirá alcanzar altas velocidades de alrededor de 1Gbps.

Esto implica una tasa de datos de 10 a 100 veces mejor que sus antecesoras: 4G y 4.5G, y la posibilidad de albergar cientos de dispositivos para aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT). Esto sin duda permitirá aprovechar de mejor manera al usuario su conectividad.

Esta tecnología se espera que llegue al 40% de cobertura de la población mundial y 1.500 millones de suscriptores para el año 2024. Esto la convertiría en la generación de telefonía móvil más rápida que se haya implementado a escala global. En América Latina, 5G aparecerá entre el 2020 y 2021 y se apoyará en el uso de las redes LTE (4G) ya existentes en la región.

El IoT claramente será una de las tecnologías que más se verán apalancadas por el despliegue de las redes 5G. El contar con una gran capacidad de ancho de banda, así como una amplia facilidad de concurrencia, dará lugar a la puesta en marcha de una variedad de dispositivos y sensores.

Otra área que se beneficiará de esta tecnología es la industria automotriz debido a que se espera que a partir del 5G los autos puedan comunicarse entre sí. Esto permitirá implementar nuevos proyectos que hagan uso de estas bondades. Asimismo, las redes 5G permitirán que la industria de los videojuegos se enfoque en sus servicios en línea o que los jugadores puedan jugar directamente en la nube.

Otra área importante de aplicación es la salud. Debido a la característica de baja latencia de 5G, se facilitará la comunicación inalámbrica y remota entre instrumentos médicos y hospitales. No cabe duda que la adopción de esta nueva tecnología implicará un paso gigante en el desarrollo de nuestro país. (O)

Ángel Jaramillo Alcázar
Director de la Universidad de Las Américas (UDLA)