Se produce una crisis, una disrupción o conflictividad emergente en el país y de cajón se recurre al debate del rol de la inteligencia estratégica, valorando de modo postmortem fallas y sorpresas estratégicas.

Al respecto hay mucha tela que cortar. La inteligencia estratégica en el país- institución proceso y productos, insumo de conocimiento clave para la toma estatal de decisiones - no ha logrado cuajarse definitivamente desde 2009.

Sin ánimo de cuestionar intentos inacabados, malas y buenas voluntades orientadas a su profesionalización e institucionalización, en el sinuoso biorritmo de su entidad rectora -llámese Secretaría Nacional de Inteligencia, Secretaría de Inteligencia, Centro de Inteligencia Estratégica- urge considerar aspectos clave emanados de su misión democratizadora.

El trabajo que cumple la Subcomisión para el tratamiento del Proyecto Orgánico de Seguridad del Estado-Libro III de la Inteligencia, constituye un paso en firme a la ansiada institucionalización que exige el país, no solo enfocada a la cartografía de riesgos y amenazas a la seguridad estatal, sino más abarcativamente considerando oportunidades estratégicas para el desarrollo del Estado y la consolidación de una cultura de inteligencia enmarcada en la ética.

Construirla implica un proceso de largo aliento, en el cual tan solo una mínima variable es la realización de actividades académicas y de reflexión “cerradas” - seguramente por una comprensión inadecuada del secretismo -, sino “reconstruir” en el imaginario público su incidencia positiva, repensando la ética en sus prácticas que implica de base conocimiento experto y no improvisación, incluyendo a la academia y los medios de comunicación.

La ética no es tangencial sino medular en la conducción político-estratégica de la inteligencia en un Estado de derechos: es una condición sine qua non que mediante estándares logra constituir prácticas limpias en inteligencia, como guía de la conducta de sus organismos y comunidad ampliada para la construcción de un mejor país en beneficio del bien común. (O)

María Fernanda Noboa González
Decana del Centro de Prospectiva Estratégica del IAEN