Punto de vista
Erradicación de la violencia contra la mujer
Estimados amigos, día a día los profesionales del derecho luchamos por la reivindicación de derechos y el fortalecimiento del conocimiento, no solo en nuestros colegas, sino en el gran colectivo de hermanos ecuatorianos, quienes frecuentemente ven vulnerados sus derechos sin saber a quién recurrir o qué hacer en su propia defensa. Es por esto que desde este espacio tratamos temas de gran interés, basados en los conflictos que con frecuencia presenta nuestra sociedad, siendo el caso que en esta ocasión, con motivo de haberse conmemorado el 25 de noviembre el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, basaremos esta opinión en la defensa de ellas, las mujeres, quienes cada día, con más fuerza, se presentan como un pilar fundamental en el desarrollo, ya no solo de nuestros hogares, sino de las naciones.
La historia machista de nuestros pueblos, sobre todo los de América Latina, presenta un pasado negativo para el respeto de la mujer en general; recordemos que en los inicios de las sociedades ellas no poseían derechos, ni aun para cosas que hoy vemos como normales o fundamentales, como la educación o el trabajo, limitándolas en todo aspecto de su desarrollo.
Hoy, luego de decenas de años de una incesante lucha por el reconocimiento de sus derechos en igualdad con el género masculino, aun demostrando su gran capacidad de análisis y liderazgo, lamentablemente seguimos recibiendo en los distintos estamentos públicos denuncias por el maltrato o la violencia de la que son objeto.
El Estado, compartiendo los criterios que al respecto tiene esgrimidos la Organización de Naciones Unidas, y en especial su Asamblea General, en lo referente a su declaración de lucha por la eliminación de la violencia contra la mujer, ha implementado un sinfín de mecanismos y procedimientos útiles para atender de forma inmediata la agresión a este género o, incluso, para evitar el cometimiento de la agresión por cualquiera de los medios que pueda ocurrir.
La violencia contra la mujer se describe como “Todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la vida privada”.
Como podemos apreciar, esta descripción, proporcionada por la Asamblea General de la ONU, describe a todas luces la realidad de muchos de los casos que vivimos en nuestra sociedad, incluso en ciertas ocasiones, aunque no nos demos cuenta, de forma muy cercana al medio en que nos desenvolvemos.
Desde pequeños nos enseñaron que “a la mujer no se la debe tocar ni con el pétalo de una rosa”, por su delicadeza, su bondad y su capacidad de amar por sobre todas las circunstancias. En mi calidad de hijo, esposo y padre, hago un llamado al respeto de ellas, luchemos por la unificación de la sociedad en todos sus aspectos, uno de ellos es la erradicación de la violencia contra la mujer y el respeto a ellas y del hogar como núcleo de una sociedad que avanza integrada y sólida en la búsqueda de la anhelada justicia social.
¡Juntos somos invencibles! (O)