Mientras Francia, ante la inercia mundial para la creación de un impuesto global a las tecnológicas, ha propuesto la creación de la “tasa Google”, el gobierno norteamericano abanderó la defensa de Google y a la par introdujo un arancel del 100% a los productos importados de Francia por $ 2.400 millones.

A renglón seguido Google señala su decisión de poner fin a su esquema tributario de elusión de impuestos a través de Irlanda, bajo el mecanismo internacionalmente conocido como “Double Irish” (doble irlandés).

Este esquema, que bien podrían estar aplicando contribuyentes ecuatorianos, permite a una empresa de tecnología

(Apple, Microsoft, Google) vender sus productos en el país y no tributar impuesto a la renta por los ingresos de fuente ecuatoriana. Estas compañías en sus balances registran haber comprado esos productos en Irlanda y venderlos a su costo, dejando todo el beneficio en Irlanda, en donde la tasa impositiva es del 12,5% mientras que en el Ecuador la tasa efectiva sobre utilidades es del 36,25% (renta y participación a trabajadores).

Hasta aquí el café simple. Irlanda, que posee dos zonas de baja fiscalidad: El Centro Internacional de Servicios Financieros en Dublín, para la instalación de multinacionales e instituciones financieras que prestan servicios a no residentes; y, la zona franca de Shanon que busca atraer inversiones desde el exterior, con un reconocido éxito en las grandes multinacionales que la han elegido como lugar de establecimiento, pasando de una economía de las más pequeñas de Europa a ubicarse entre los primeros de mayor renta per cápita de la Unión Europea, lo que permite a estas compañía sacar los beneficios a un tercer país, Ecuador o cualquier otro sin impuesto a los dividendos (impuesto a la renta o a la salida de divisas); configurando este segundo elemento en el café doble irlandés.

De su parte el Servicio de Rentas Internas ha incluido a Irlanda en su lista de paraísos fiscales; sin embargo, no existen estadísticas publicadas y desagregadas por empresas tecnológicas multinacionales por impuesto a la renta pagados en el Ecuador, que permita valorar la efectividad de esta medida.

Es una pena que desde Latinoamérica, una región con grandes problemas de desigualdad y pobreza, hasta la fecha no se generen propuestas de una administración tributaria global con impuestos transnacionales, para lograr la justicia social frente a multinacionales que operan mundialmente sin pagar impuestos, mientras que la clase media con ingresos del trabajo son las que sostienen la recaudación tributaria. (O)