El problema no son los impuestos, son los empresarios
Hace menos de un mes se publicó la llamada Ley de Fomento Productivo, que prevé la exoneración del impuesto a la renta (IR) para las inversiones en sectores estratégicos priorizados e industrias básicas que van entre 8 y 20 años de exoneración.
Justamente la semana anterior Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, reclamaba una reforma urgente al sistema tributario internacional, en razón de que la competencia fiscal entre países ha sido sumamente perjudicial para salir de la gran crisis económica financiera norteamericana de hace diez años. Actualmente, por ejemplo, EE.UU. en la era Trump ya realizó una rebaja del 35% al 21% (tarifa menor a la que tenemos en Ecuador 25%). Reino Unido, Canadá, Colombia, Argentina y Grecia discuten ahora mismo una revisión a la baja de sus tarifas de impuestos sobre sociedades, lo que de alguna manera no hará más que contribuir a que el 10% del PIB mundial se mantenga en paraísos fiscales, hacia donde anualmente se transfieren $ 600.000 millones, de acuerdo al estudio del economista Gabriel Zucman.
Si los impuestos son el precio que se debe pagar por vivir en sociedad, y ese precio es de $ 0,00 de IR a las compañías y $ 0,00 de IR a sus accionistas, es claro que al no estar en capacidad de ofrecer al inversor: seguridad jurídica, justicia imparcial, eliminación de tramitología engorrosa para iniciar un negocio hemos optado por la vía rápida (invierta y no pague impuestos), que no es la vía más justa, ya que el sostén de la recaudación se torna mayor sobre las rentas del trabajo que sobre las del capital que gozan de la exención, cuando debería ser al revés.
Wayne Swan, viceprimer Ministro de Australia, considera que se debe poner fin a la carrera hacia una baja en la tributación (en Ecuador es nula) del IR sobre sociedades, ya que además de privar de ingresos a los Estados, se pierde una de las herramientas políticas más poderosas para reducir la desigualdad y la redistribución del ingreso.
¿Y quién es responsable de esta carrera de la desgravación de las rentas? ¿Los políticos? ¿Los ciudadanos? ¿El contexto económico mundial? Para Stiglitz han sido las corporaciones quienes se aprovechan de las crisis para conseguir rebajas impositivas y salariales: “lo saben e invierten en lobbies para mantenerlo. El antídoto es que la gente exija un conjunto diferente de rentas globales”. (O)