El ecodriving es un modo eficiente de conducción que disminuye el uso de combustible y la contaminación ambiental. Se destaca por una serie de reglas sencillas y eficaces como evitar altas velocidades, aceleración rápida, frenazos bruscos y realizar acciones preventivas en el mantenimiento vehicular, entre otros, por lo que reduce riesgos en carretera, además de aprovechar las características de los motores de combustión interna actuales.

La conducción eficiente se presenta como una medida de particular interés para la implementación de programas de capacitación, alternativa relativamente económica y simple con gran potencial en términos de ahorro energético. En un estudio realizado en Australia (Hellstöm, 2010) se capacitó a 853 conductores, de los cuales 253 fueron monitoreados posteriormente y los resultados mostraron una reducción en el uso de combustible de alrededor 4,6%.

En otros estudios existe un consenso en torno a un porcentaje de ahorro de alrededor del 10%, sin embargo la cifra es muy variable, ya que los métodos cuantitativos de evaluación difieren y no son científicamente comparables. El problema principal con referencia a la utilidad de estas técnicas reside en la viabilidad de su implementación en el largo plazo.

Tras investigaciones, evaluaciones y entrevistas se ha concluido que los vehículos eléctricos pueden contribuir significativamente al transporte sostenible por carretera, aunque el comportamiento del conductor tiene un efecto marcado en la eficiencia energética real, pues la motivación surge de la protección ambiental y reducción de costos.

Asegurar un sistema de conducción eficiente que permanezca en el tiempo es una solución inmediata a los problemas de contaminación vehicular, por lo que estas técnicas deberían implementarse en la malla de enseñanza de las escuelas de conducción procurando que estos hábitos sean parte de la cotidianidad.

En Ecuador existen patrones culturales que dificultan un cambio de hábitos en el estilo de manejo, además de que el precio de los combustibles está por debajo de los valores internacionales por lo que el factor de ahorro económico no resulta determinante para incentivar la adopción de buenas prácticas de manejo. Por ello es indispensable un cambio en el comportamiento apoyado firmemente en políticas públicas para el desarrollo de estrategias, accesibilidad y espacio estructural para una movilidad sostenible. (O)