Queridos amigos, en el espacio de análisis de temas de orden jurídico, imprescindibles para el reconocimiento de nuestros derechos y obligaciones en la sociedad en que nos desempeñamos, aprovecho para resaltar el espíritu que debe embargarnos en estas fechas de gran relevancia para quienes profesamos el cristianismo.

Hace unos días hemos celebrado el evento de la Navidad, conmemoración que lejos de los regalos, las cenas y los agasajos correspondientes a la costumbre propia de la época, hace exclusiva referencia al nacimiento del hijo de nuestro creador, Jesucristo.

En estos tiempos, en que encontramos socialmente tan venido a menos la celebración del nacimiento de nuestro Salvador, rodeados del consumismo desmedido en el afán de satisfacer por medio de la materialidad la falta de tiempo y en ocasiones de la dedicación que merece nuestra familia, es necesario hacer un alto y reflexionar sobre nuestras actitudes frente al verdadero significado de esta fecha.

Navidad, término proveniente del latín ‘Nativitas’ significa nacimiento, se refiere única y exclusivamente, como ya lo dije, al nacimiento de Jesús, hijo de Dios, quien en su forma  humana, asumió con su ejemplo el perdón de los pecados de los hombres y mujeres que habitaron, que habitan y que habitarán en este planeta, dejándonos el más grande legado de respeto, de unión y de compasión.

En estas fechas más que en otras de las que nos presenta el calendario, debemos entender que el sentido de la Navidad, debe ser el de perdonar sin condición, hacerlo de corazón, el de ayudar sin mirar quién es el beneficiario de nuestra obra, el de dialogar y acercarnos aún más a nuestros seres queridos.

Estoy consciente que el mundo de hoy, cada vez demanda más de nuestro tiempo para su impulso y progreso, incluso restando el que corresponde a nuestra familia, por ello debemos aprovechar cada minuto y segundo que podemos compartir con nuestros seres amados, dejando a un lado los resentimientos, mirando solo lo positivo de nuestras relaciones humanas, permitiéndonos la oportunidad de ser felices y de hacerlos felices.

Desde este espacio expreso a ustedes mi más cálido mensaje, de amor, de hermandad, de perdón, siempre procurando en esta ocasión al frente del gremio de profesionales del derecho de la provincia del Guayas y del país, el progreso y bienestar conjunto, no solo como profesionales sino como seres humanos.

De todo corazón espero que tengan una muy feliz Navidad y que encontremos en nuestros hogares el real significado de la llegada de Jesús a nuestras vidas, para todos un gran abrazo rompe costillas y muchas bendiciones.

¡Juntos somos invencibles! (O)