Queridos lectores y amigos, encontrándonos en curso de un proceso electoral que definirá la administración central de nuestro país por los próximos cuatro años, es de importancia analizar, en el marco del derecho, específicamente en el marco de la Constitución de la República, las competencias de la Asamblea Nacional, su integración y la profunda incidencia que genera en la gobernabilidad del Ecuador.

Como es de general conocimiento, la Asamblea Nacional representa a una de las funciones del Estado y entre sus facultades está la de crear, modificar o derogar las leyes que rigen nuestra convivencia, imponiéndosele como tal la denominación de la Función Legislativa de la nación.

Además del ejercicio de esta vital actividad, el artículo 120 de la Constitución de la República, establece como funciones de la Asamblea Nacional, entre otras.- Posesionar a la Presidenta o Presidente y a la Vicepresidenta o Vicepresidente de la República; declarar la incapacidad física o mental inhabilitante para ejercer el cargo de Presidenta o Presidente de la República; participar en el proceso de reforma constitucional; crear, modificar o suprimir tributos mediante ley; fiscalizar los actos de las funciones Ejecutiva, Electoral y de Transparencia y Control Social y los otros órganos del poder público; autorizar con la votación de las dos terceras partes de sus integrantes, el enjuiciamiento penal de la Presidenta o Presidente o de la Vicepresidenta o Vicepresidente de la República; aprobar el Presupuesto General del Estado, en el que constará el límite del endeudamiento público, y vigilar su ejecución.

Como vemos, las funciones que se desempeñan en el seno de la Asamblea Nacional son de vital importancia, por lo que nuestros asambleístas recién elegidos tienen un compromiso con sus electores. Según información del Consejo Nacional Electoral,  para el nuevo periodo legislativo, la mayoría de los escaños serán ocupados por el movimiento Alianza PAIS, es decir más del 50% de las 137 curules que existen para la representación de dicho organismo. El saldo de los escaños están divididos y representados entre los demás partidos o movimientos políticos que concursaron en el proceso electoral llevado a cabo el 19 de febrero del presente año.

A puertas de las elecciones presidenciales es motivo de reflexión la gobernabilidad que debe de destacarse entre todas las funciones del Estado y que evidentemente, se ha logrado consolidar en nuestro país en los últimos 10 años. Entendiendo a la gobernabilidad como la colaboración entre todos los sectores que componen la administración pública, situación que en apego de las atribuciones, funciones y competencias de cada organismo, complementadas entre sí, permiten alcanzar la estabilidad deseada y armonía en el ejercicio de la administración del país.

Por lo dicho, apreciados ciudadanos, vamos a ejercer nuestro derecho al voto de forma consciente, analizando propuestas y simpatías, pero sobre todo, analizando la capacidad que cada candidato tendrá de materializar sus ofrecimientos de campaña, en función estricta del cumplimiento de sus atribuciones y en consideración de las atribuciones que de forma conjunta deberá desarrollar con los demás poderes del Estado, en un marco de diálogo y colaboración, no dando cabida a odios y confrontaciones que van en perjuicio de la ciudadanía toda.

¡Juntos somos invencibles! (O)