Capitana Marvel (2019) de Anna Boden y Ryan Fleck es otro filme más de la serie de superhéroes de la industria del espectáculo Marvel. La variación de este con otros de los productos es que la protagonista es una mujer, la cual aprende de sus errores, además de recuperar la memoria en un momento perdida por un accidente.

En Capitana Marvel la Tierra está en medio de un conflicto entre planetas. La cuestión es que, en uno de esos mundos, sus habitantes deben buscar otro hábitat y reconducen a la capitana Marvel para que los ayude.

¿Qué es lo nuevo en esta película? ¿El hecho de que una mujer entre a corear en el concierto de los archiconocidos superhéroes? Tal presencia ya la vimos en otros filmes. Quizá lo rescatable es que acá el personaje reaprende a ser lo que es. Distinto a otras súper heroínas, la recurrencia traumática a su pasado, le pone en el conflicto de su naturaleza. ¿Cuál es esa? Precisamente ser mujer. En este sentido, Capitana Marvel también puede leerse como una película de aprendizaje: se reinvierte el proceso de ser una luchadora, un arma de guerra, a una heroína que poco a poco hace conciencia de su naturaleza femenina, de su humanidad.

Para lograr dicha conciencia, además la película plantea algo que es interesante en la serie Marvel: si se quiere, metafóricamente, la búsqueda de la madre. Si quitamos la representación formal de todos los personajes, de las historias que los caracterizan, vemos que la capitana Marvel es una mujer con el nombre anodino Carol Danvers. El desanclaje de su realidad se produce precisamente con el accidente probando un motor: simbólicamente, se podría decir, que allá se desconecta de su naturaleza originaria, que puede ser representada en su formadora, una militar. Esto lleva, con claridad a un hecho sugestivo: Marvel ahora vive en otro planeta y su guía-entrenador funciona como un padre.

Si queremos ver en la película algo de llamativo es, en efecto, este conflicto adolescente de desanclaje de dos figuras predominantes en la familia contemporánea: el padre y la madre; la adolescente-mujer debe cobrar independencia y, con ello, llevar a la comunidad que espera algo de ella le conduzca a un nuevo derrotero. Así, ¿no es acaso Capitana Marvel una especie de lección para que la juventud concientice su identidad en un mundo distinto al que le toca ingresar? Por algo la película también ha sido producida por el sello Disney. (O)