Punto de vista
Con cualquiera, menos con el archirrival
Los apostadores y los optimistas barcelonistas vivieron una frustración más la noche del miércoles pasado. Por cuadragesimaséptima vez, Barcelona no pudo vencer a Liga en su estadio, que estrenó nombre manteniendo un invicto de dos décadas. Pese a que el equipo guayaquileño aparecía como claro favorito por diversos motivos, los jugadores ‘albos’ defendieron esa parte de la historia del club, que evolucionó a pasos agigantados justamente desde que inauguró su casa en 1997.
La previa del partido refrescó viejas frases de lado y lado: “Si no es ahora, no es nunca”, señalaron los amarillos; “se puede perder con cualquiera, menos con ellos”, expresaron los ‘albos’, que terminaron teniendo la razón al final.
Ni el hecho de que el ‘Ídolo’ sea el campeón actual y juegue tan bien como lo hace, ni la actual situación de Liga, que apenas supera a Clan Juvenil en puntaje, lograron cambiar una historia que para la ‘U’ es importante por la rivalidad que creció entre ambos al punto de que hubo alguien -o algunos- que bautizaron al choque como un clásico más, aunque cuando es en Guayaquil no genera la misma trascendencia que en Quito.
Año tras año, la ‘U’ ha ido perdiendo el invicto de su casa -17 en total- ante un nuevo rival del Campeonato Ecuatoriano de Fútbol, menos con el actual monarca. Deportivo Cuenca, El Nacional, Deportivo Quito, Emelec, Aucas, Olmedo, Macará, Espoli, Universidad Católica, Manta FC, Deportivo Azogues, Independiente del Valle, Liga de Loja, Delfín, Mushuc Runa, Imbabura y Deportivo Saquilisí se fueron victoriosos de Casa Blanca -algunos de ellos en diversas ocasiones-; y con el paso del tiempo es muy probable que el número de ganadores en ese terreno ascienda y Barcelona siga sin hacerlo porque Liga (Q) afronta ese duelo como si fuese una final, no así con el resto. Del último cotejo hay poco por reprocharle a los amarillos y mucho por destacar de los blancos, que solo han logrado un triunfo en el torneo, incluso por debajo del último, Clan Juvenil, que suma dos.
La motivación, la energía y la entrega de los muchachos de Gustavo Munúa -casi todos los hinchas lo quieren fuera- sirvieron para emparejar niveles por momentos, con una escuadra que brilla por individualidades y funcionamiento colectivo. Y si bien el gol -golazo- de Damián Díaz auguraba un triunfo inédito para los visitantes y el final del invicto para los locales, el tanto tres minutos después de José Francisco Cevallos Jr.
-ayudado por el error de Pedro Pablo Velasco- hizo poner los pies sobre la tierra a todos. Faltaban muchos minutos (76) por disputarse, pero la rapidez de la reacción ‘alba’ dio señales de que la peor Liga de los últimos 17 años puede perder con cualquiera en el Rodrigo Paz Delgado, menos con Barcelona. (O)