Punto de vista
¿Competencia Desleal?
Hoy, en que luego de un incesante trabajo a sol y sombra, de parte de todos quienes componen el Directorio del Colegio de Abogados de la provincia de Guayas, el Comité de Damas, el club deportivo, el Tribunal de Honor, la delegación a la Asamblea Nacional de Abogados del Ecuador y tantos miles de colegas con mucho esfuerzo hemos recuperado la buena imagen y respeto de nuestro gremio, aparecen nuevamente aquellos que destrozaron y escondieron esta institución en una bodega sin servicios básicos en la calle Primero de Mayo y Los Ríos de la ciudad de Guayaquil.
Aquellos quienes festinaron recursos de todo un gremio, en faraónicas reuniones y agasajos privados en hoteles de lujo, aquellos quienes jamás prestaron ningún servicio ni beneficio para el gremio que representaron, hoy nos señalan sin noción alguna de la vergüenza que debería embargarlos, increpando los beneficios que presenta nuestra obra gremial, cultural, académica y de infraestructura en beneficio de más de 16.000 abogados afiliados a nuestra querida institución.
Hoy, que no tienen argumento para desvirtuar nuestro incesante caminar, se atreven a señalar a los consultorios jurídicos implementados por el Directorio del Colegio de Abogados del Guayas, como puntos de competencia desleal en perjuicio de nuestros afiliados. Simplemente, cada vez que recuerdo este burdo comentario, viene a mi memoria la frase de Domingo Sarmiento, definitivamente: “La ignorancia es atrevida”. ¡En extremo atrevida!
Los consultorios jurídicos implementados por el CAG surgen como idea y resolución del Directorio del Colegio de Abogados del Guayas con el fin de cumplir uno de los roles sociales para los cuales ha sido creado el Colegio de Abogados del Guayas, servir a su ciudadanía y a sus agremiados.
El servicio a la ciudadanía se presenta por medio de la atención y absolución de consultas por parte de profesionales del derecho que de forma independiente y sin relación de dependencia aceptan incluirse en el programa de beneficio social implementado por el CAG, son nuestros mismos profesionales quienes nos facilitan sus viviendas o consultorios para de forma subsidiada por parte del CAG absolver las miles de consultas que nuestro pueblo presenta por el desconocimiento de sus derechos.
Definitivamente, aquellos que no saben cómo construir, sino -por sus torpezas- solo destruir, acuden a estos torpes comentarios pretendiendo aparecer hoy como los redentores de un gremio que ellos mismos se encargaron de destruir, no hace falta identificarlos, todo nuestro gremio los reconoce con claridad meridiana.
Son tres dólares por consulta que solo presentan beneficios a los ciudadanos por la debida orientación de un gremio que cumple su rol social. A los profesionales un ingreso módico por el ejercicio de sus conocimientos específicos. Estos consultorios no patrocinan causas, solo orientan a los ciudadanos a manera de una guía para el mejor ejercicio y respeto de sus derechos. Seguramente a los detractores del desarrollo les parece una amenaza que los ciudadanos salgan de la ignorancia jurídica.
El abogado es un ser excepcional, eminentemente social, ángel protector de nuestra comunidad, que con luz propia ilumina el camino de una sociedad subsumida en el desconocimiento, allí radica el espíritu social de nuestra profesión en beneficio de nuestros hermanos, amigos, vecinos, simpatizantes o detractores; incluso para ustedes, destructores de nuestro gremio, estamos prestos a absolver las consultas necesarias para liberarlos de la ignorancia que los mantiene cegados.
Nuestro trabajo se refleja en los resultados alcanzados, la obra habla por sí sola, nuestro límite es el cielo, por un gremio digno al servicio de todas y de todos.
¡Vamos por más!
¡Juntos somos invencibles! (O)