Punto de vista
Argentina: el pueblo vuelve a la carga...sin dirigentes
En el último discurso en el Congreso, Cristina Fernández de Kirchner hizo un balance de sus dos gobiernos y advirtió que dejaba un país cómodo para la gente e incómodo para los dirigentes (1/3/15).
Luego, con el peronismo dividido y la complicidad de la Unión Cívica Radical (aglutinante de los sectores medios antipopulares y racistas), el kirchnerismo perdió las elecciones por dos puntos. Con todo, en una demostración sin precedentes, 300 mil personas despidieron a Cristina en Plaza de Mayo, y allí le manifestaron su amor y gratitud por haber reparado (junto con su finado esposo) la dignidad nacional y la castigada memoria del país rioplatense.
El nuevo presidente, Mauricio Macri (impresentable y corrupto político de medio pelo), lanzó miles de globos al aire y anunció el inicio de la revolución de la alegría (sic). Y junto con él, los grupos económicos concentrados que, democráticamente, retomaban el poder formal para recrear la seguridad jurídica y el clima de negocios que reclaman las inversiones. O sea, precarización laboral, con salarios chinos.
Quince meses después, los argentinos arden de indignación y frustración: un millón y medio de nuevos pobres, 600 mil indigentes, cierre de fábricas y empresas grandes o pequeñas, 245 mil despedidos, récord mundial de endeudamiento externo (70 mil millones), 30% de inflación, aumentos descomunales de los servicios básicos (300, 500, 1.000%) y alquileres, caída libre del salario real y el consumo, apertura indiscriminada a las importaciones, subasta de los recursos naturales al mejor postor…
Sistemática, premeditada y organizada política económica de destrucción en todos los frentes, que en los últimos días tuvo su respuesta con marchas sectoriales multitudinarias. El gobierno quedó descolocado. Pero más los parlamentarios de la oposición, gobernadores y líderes gremiales que, cheques mediante, venían aprobándole a Macri todas sus leyes, a más de aceptar sin chistar los llamados decretos nacionales de urgencia.
Lunes 6 de marzo: marchas y paro docente por 48 horas (que sigue hasta hoy). Martes 7: acto sindical masivo de la CGT, junto con las dos centrales de la CTA. Miércoles 8: acto masivo de mujeres, travestis y trans, convocado por el movimiento #Ni una menos. En total, cerca de un millón de manifestantes, y demostraciones que no se habían visto desde la recuperación de la democracia (1983).
El acto de los docentes fue gremialmente el más sólido y el más descalificado por Macri, quien en su segundo informe al Congreso se mofó de su líder provincial, Roberto Baradel, amenazado de muerte junto con sus hijos. Simultáneamente, el presidente inauguraba el ciclo lectivo en una escuelita paupérrima de la provincia de Jujuy, con niños acicalados y ropitas regaladas para la ocasión, que al día siguiente no empezaron las clases por falta de maestros.
En el acto de las centrales obreras, la cosa terminó mal. Los dirigentes de la CGT fueron corridos por los trabajadores en las calles, luego de que se negaron a fijar fecha para la huelga general. Incluso, el atril en el que habían pronunciado sus discursos fue secuestrado y puesto a subasta en el Mercado Libre. La CGT estimó que concurrirían de 15 mil a 20 mil personas. Fueron 400 mil.
El más concurrido, combativo y unitario fue el acto de las mujeres (250 mil en el país), reprimidas en la capital por orden de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien ese día, y según los periodistas, había tomado más de lo habitual. En la movilización algunas mujeres exclamaban: ¡Putas como Eva / locas como las Madres / Yeguas como Cristina / Negras como Milagro (Sala) / y con los ovarios que le faltan a la CGT!
El miércoles 15, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y movimientos sociales, como Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa, realizaron movilizaciones y cortes de calles, mientras los docentes declararon otro paro de 48 horas.
Este 22 tuvo lugar la Marcha Federal Educativa (en el país): el 24 habrá una megaconcentración en Plaza de Mayo para conmemorar el 41 aniversario del golpe cívico-militar; las dos centrales obreras de la CTA llamaron a paro general para el 30 de marzo y, por su lado, la CGT estima que el 5 o 6 de abril (obligada por la situación) llamará a la huelga general.
A finales de febrero, durante su visita a Madrid, Macri fue entrevistado por Mario Vargas Llosa en la Casa América: Argentina es un país maravilloso. ¿Se está librando Argentina del peronismo? Cauto, el presidente comentó algo sumamente sugestivo: Los argentinos están delante de la dirigencia. La gente va marcando el rumbo. Hay toma de conciencia.
Lejos estaba Macri de imaginar que en el acto de la CGT los trabajadores iban a enarbolar un cartel bien visible, con la célebre sentencia de Perón: Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. (O)