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El Telégrafo
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Una megapenitenciaría es la oferta de Andrés Páez

Páez se abraza del cuello de Diego Salgado para subir al jeep en donde equivocadamente se embarcó Lasso.
Páez se abraza del cuello de Diego Salgado para subir al jeep en donde equivocadamente se embarcó Lasso.
Foto: Daniel Molineros / EL TELÉGRAFO
24 de enero de 2017 - 00:00 - Redacción Política

Desde las 10:00 de ayer, las calles de ingreso al Tingo, en la parroquia de Alangasí, en las afueras de Quito, se llenaron de automóviles con pancartas, banderas y parlantes que sonaban al ritmo de la canción de la candidatura de la alianza CREO-SUMA. Todos decían lo mismo: “¡Ya llega Lasso!”, “¡Lasso, presidente!”.

Los primeros en arribar fueron los candidatos a asambleístas que no desperdiciaron la oportunidad para cantar ‘Feliz cumpleaños’ a Fausto Cobo, principal candidato para el Parlamento Andino.

El ambiente de fiesta y expectativa se convirtió en seriedad y dureza cuando llegó el binomio Andrés Páez. “El problema no es ganar o perder, el problema es que pierde el país y esto se convierte en Venezuela”, resaltó en su discurso.

Páez dijo esto ante la pregunta que los periodistas de medios realizaron sobre el adelanto en la intención de voto que -según las encuestas- dio el fin de semana el binomio Viteri-Pozo, del Partido Social Cristiano-Madera de Guerrero.

Además, aseguró que de ganar las elecciones edificará una megapenitenciaría para los implicados en casos de corrupción y “los jueces que dictaron sentencia a los ‘10 de Luluncoto’ por cometer un error”.

La caravana incluía el monigote de un camello, que simbolizaba la propuesta de “un millón de empleos”, así como monigotes con los rostros de Lasso y Páez.

El líder de CREO llegó de la mano de su esposa, María de Lourdes Alcívar. El apuro, por haber llegado más de una hora tarde, hizo que Lasso se subiera a un camión con varios candidatos a asambleístas. Al escuchar el “no, este no es, bájese”, decidió subirse al Trooper que estaba preparado para la candidata a asambleísta nacional Mae Montaño, mientras que Páez tuvo que abandonar la camioneta Grand Blazer y pasar sobre la espalda de Diego Salgado, candidato a asambleísta, para llegar a su compañero de fórmula.

La travesía, que impidió más de dos horas la afluencia vehicular, concluyó en el Parque Central. La banda de pueblo dejó de sonar ante su discurso y aunque los asistentes y habitantes de “la tierra del hornado”, nombre que otorgó el Ministerio de Turismo al lugar, esperaban que los candidatos degustaran el famoso plato típico, se quedaron esperando porque estos prefirieron ir a comer al San Luis Shopping. (I)

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