Elecciones 2017 || Análisis
La división indígena en la sierra centro influyó en los resultados
El movimiento Alianza PAIS (AP) cedió territorio electoral en las provincias de la Sierra centro y enfrenta el reto, incluso, de reinventarse para los comicios seccionales.
Este panorama, según los estudiosos y analistas de la zona, debería llamar a una profunda reflexión a las bases y a sus líderes.
A la par, la división en los movimientos indígenas le ha restado fuerza al apoyo que pudieran brindarle a un determinado candidato. Las cifras, luego de la segunda vuelta, dejan un claro mensaje.
Lenín Moreno solo ganó en cinco de los 26 cantones de las provincias de Tungurahua, Chimborazo y Cotopaxi. En las capitales provinciales como Ambato, Latacunga y Riobamba, respectivamente, el banquero Guillermo Lasso (CREO-SUMA) le superó con más del 60%, mientras que la propuesta del Presidente electo en segunda vuelta tuvo mejor acogida en Tisaleo, Cevallos, La Maná, Sigchos y Cumandá.
Para Víctor Hugo Jaramillo, analista político ambateño, lo logrado por CREO es una contradicción en la posición de sectores indígenas.
“Por donde se lo mire, el apoyo del Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT) a Lasso fue paradójico. Este sector siempre ha comulgado con la ideología de izquierda”, dijo.
Sin embargo, el Movimiento Indígena de Tungurahua con sede en Atocha (MITA) sí respaldó a Moreno, lo cual destaca una responsabilidad social más allá de las simpatías con líderes políticos.
Si bien del total de la población tungurahuense (581.389 personas) el 82% es mestiza, las etnias indígenas representan el 12% de este total que añadido al número de kichwas en las provincias vecinas, forma un movimiento que bien llevado podría incidir en los próximos comicios seccionales.
“Antes de 2000 hubo un despunte del movimiento indígena gracias a los levantamientos, pero luego menguó. En Tungurahua estas agrupaciones no son politizadas y más bien están involucradas en los negocios y las cooperativas de ahorro y crédito. Son como islas con otras dinámicas de trabajo y preocupaciones. No así en Cotopaxi y Chimborazo donde mantienen una presencia importante”, expuso Luis Fernando Suárez, analista.
En Tungurahua, como no ocurre en ninguna otra provincia de la zona, hay tres organizaciones indígenas: MIT, MITA y AIET. Sus diferencias políticas las separan, pero las unen sus objetivos de desarrollo como la tecnificación de riego, cuidado de los páramos, proyectos de emprendimiento y otros. De ahí que dentro del nuevo modelo de gestión del Gobierno Provincial de Tungurahua formaron la Unión de Movimientos Indígenas.
“Nuestra gente necesita una mayor capacitación en bases políticas y no politiqueras, que les permitan razonar como líderes proactivos y dejar de lado los intereses individuales que cavan zanjas difíciles de sortear”, aseguró Segundo Caiza, presidente del MITA, una agrupación que en tres ocasiones manifestó públicamente su apoyo a Moreno, no así el MIT, liderado por la salasaca Rosa Jerez, y la AIET que dejó en libre albedrío a sus socios.
“También se debe tomar en cuenta que otro factor que influyó para que una mayoría de indígenas votara por Lasso es la irresponsabilidad de determinados dirigentes como Lourdes Tibán, que demostró perseguir solo sus intereses pasando por encima de la opinión, voluntad y derechos de sus familiares, amigos y vecinos”, agregó Jaramillo.
Sobre el mismo tema, Diego Coca, dirigente provincial del Movimiento Compromiso Social, liderado a escala nacional por Iván Espinel, otro de los motivos para el revés electoral de PAIS en esta zona es el mal entendimiento de las políticas tributarias de los últimos años.
“Tungurahua es industrializada y se destaca a nivel nacional con sus textiles, carrocerías, calzado, automotriz, entre otras. Los impuestos vigentes son interpretados por los emprendedores como un obstáculo a la producción, cuando en realidad esto demuestra responsabilidad con sus obligaciones tributarias, lo que se traduce en ejecución de obras que benefician a todos. Falta diálogo y conocimiento”, indicó.
En Cotopaxi, según Héctor González, jefe de campaña de PAIS en la provincia, “no hubo tiempo suficiente para reconquistar al electorado. Hace falta oxigenar los cargos públicos y fortalecer el trabajo con las bases mediante las escuelas de formación política”. El objetivo, para el político, es activarlas en los siete cantones, en esos espacios darán especial importancia a la formación de los jóvenes. (I)