Política internacional
Ecuador miró al sur y estrechó lazos con Europa
Durante años la política exterior de Ecuador estuvo subordinada a su relación con Estados Unidos, mas en la última década se registró una transformación dinámica en las estrategias diplomáticas y comerciales del país con la comunidad internacional, dando prioridad a la soberanía y a la integración latinoamericana. Además, se afianzaron los nexos de cooperación con Europa y Asia.
Liderado por Rafael Correa, el país enmarcó su política exterior dentro de la ideología socialista del bloque de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). También apostó por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), heredera del Grupo de Río, como alternativas política y económica a la doctrina impartida por la Organización de Estados Americanos (OEA) liderada por Estados Unidos.
La académica brasileña Cristina Pecequilo valoró la tarea de Ecuador en estos movimientos de integración.
“La gestión de Correa logró mezclar conquistas sociales con ajustes en la política externa a través de una inserción internacional más mediada, que buscó equilibrarse entre los proyectos de autonomía planteados por los modelos de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y de Hugo Chávez en Venezuela”.
La sede permanente de la Unasur fue inaugurada el año anterior en Quito.
El gobierno de Correa también afirmó su insubordinación con Washington oponiéndose al proyecto de Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países y cerrando la base aérea estadounidense en Manta en 2009, que supuestamente combatía el narcotráfico.
La decisión del Mandatario formó parte de la nueva Constitución que fue aprobada en referendo. La Carta Magna prohíbe “el establecimiento de bases militares extranjeras en el territorio ecuatoriano”.
En 2008, el gobernante también declaró ilegítimo un tramo de la deuda externa ecuatoriana y anunció la moratoria de $ 3.500 millones en bonos Global, monto que tendría que haber sido pagado hasta 2030. Además expulsó al director del Banco Mundial (BM) en Ecuador.
Durante este período, el Estado ecuatoriano ejerció inclaudicablemente su defensa en el caso Chevron, la petrolera estadounidense que en la década del 90 vertió a ríos de la Amazonía 63.000 millones de litros de aguas tóxicas y 680.000 barriles de crudo lo que afectó a 30.000 personas, a dos pueblos indígenas y dejó un millón de hectáreas de bosque deforestado.
La compañía y el Estado ecuatoriano han sido condenados en diversas demandas por los tribunales de sus países a pagar millonarias indemnizaciones, pero el arbitraje aún no se resuelve.
Apertura con Europa
En el ámbito económico, las políticas de Ecuador hacia la Unión Europea (UE) en los últimos 10 años permitieron que las relaciones comerciales con ese bloque aumentarán 86% en 2015, alcanzando el nivel récord de 4.594 millones de euros ($ 5.042 millones).
Esa apertura hacia uno de los bloques comerciales más importantes del mundo hizo de la UE el segundo socio comercial de Ecuador representando el 13,2% de su comercio con el mundo. Además, en 2015, el país exportó bienes por valor de 2.585 millones de euros ($ 2.837 millones) a la UE, con un incremento del 63% en la última década.
De acuerdo con cifras oficiales, el 97% de las importaciones europeas desde Ecuador es de productos primarios y alimentos.
Esos acuerdos bilaterales permitieron también que el déficit en la balanza comercial de Ecuador con la UE se redujera en un 36% desde 2011.
Según la Delegación de la Unión Europea en Ecuador, el acuerdo comercial negociado entre ambas partes desde 2014 llevó a una relación preferencial entre los dos socios y a un mejor acceso de las principales exportaciones nacionales a la UE, entre las que se encuentran la pesca, plátanos, flores cortadas, café, cacao, frutas y nueces.
Además el acuerdo proporcionó un mejor acceso al mercado ecuatoriano para muchas exportaciones clave de la UE, como el sector del automóvil o las bebidas alcohólicas.
Ese pacto no solo aseguró el acceso a los mercados, sino que creó un entorno estable y predecible para favorecer el aumento y diversificación del comercio y la inversión entre ambos, similar a lo que ya sucede con sus vecinos Colombia y Perú.
Todos los indicadores económicos destacan que en la última década, el comercio entre Ecuador y la UE ha tenido un comportamiento positivo con un incremento considerable de las transacciones comerciales entre ambas partes.
Pero la relación entre los dos socios no solo se limitó al sector comercial, ya que también se profundizaron las relaciones bilaterales, desarrollándose una agenda política y de cooperación mutua.
Las autoridades de Ecuador y de la UE celebran una vez al año el Diálogo Político de Alto Nivel, y el último encuentro, ocurrido el 24 de noviembre de 2016 en Bruselas, estableció temas comunes, desde la migración y los refugiados, pasando por la gestión medioambiental y el cambio climático; los derechos humanos y la gobernanza.
En cuanto al medio ambiente y el cambio climático, las partes abordaron la cooperación multilateral en seguimiento a las Conferencias de París y Marrakech, la implementación de la agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la lucha contra el narcotráfico.
El diálogo también se ha visto fortalecido en el marco amplio de las relaciones regionales entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), de la que Ecuador forma parte.
Esto significó un avance cualitativo en la profundización y el alcance de las relaciones entre ambas partes, incluyendo nuevos ámbitos de interés, como la lucha contra las drogas ilícitas, la integración regional y la promoción del desarrollo sostenible, entre otros temas.
Ecuador participa igualmente en todos los programas regionales y temáticos UE-América Latina y se beneficia de los Instrumentos de Apoyo para visar las prioridades del Ecuador y UE en materia de derechos humanos, educación, innovación, medio ambiente y cambio climático y la lucha contra las drogas.
Relaciones con China y Asia
Además del crecimiento en materia de acuerdos y relaciones comerciales con la UE, Ecuador afianzó significativamente su posición en Asia desde la última década, especialmente en China, país que dio créditos a Ecuador por $ 2.000 millones destinados a iniciativas de inversión pública.
Según afirmó el mismo Rafael Correa en entrevistas, las relaciones que se mantienen con China son “extremadamente buenas y estratégicas” para el país, al recordar que una de las ventajas de los contratos con el gigante asiático está en que son de mediano plazo, y con ellos se recibe dinero de forma inmediata a cambio de petróleo.
El Presidente señaló que esa nación da créditos a Ecuador para financiar proyectos con 23% o 25% de rentabilidad, lo cual es buen negocio.
En 2006 el 75% del petróleo ecuatoriano iba a Estados Unidos, pero a partir de ahora, el 50% del crudo va a China, a cambio de miles de millones de dólares para financiar el desarrollo del país.
El 3 de enero de 2010, Correa y su homólogo chino, Hu Jintao, intercambiaron mensajes de felicitación para celebrar el trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, que permitió la cooperación de ambas naciones en diversos sectores, así como la coordinación en asuntos internacionales y de sus respectivas regiones.
Según Jintao, ambas naciones han expandido sus relaciones políticas, económicas y comerciales en las últimas tres décadas.
De acuerdo con documentos suscritos en noviembre pasado, China colaborará en el campo de la infraestructura, cultura, comunicación, seguridad, tecnología y economía.
Los once convenios firmados entre ambos países incluyen cuatro financieros, dos estratégicos productivos, un político, uno de comunicación, uno de cultura, uno de cooperación por el terremoto de abril de 2016 y uno de extradición.
Cabe destacar que en 2013, Ecuador afianzó -además- sus relaciones con cuatro países del sudeste asiático: Corea, Vietnam, Malasia y Singapur.
El entonces ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, logró importantes acuerdos tras una gira por esas naciones, que tuvieron como objetivo diversificar las relaciones de Ecuador con el mundo.
Con Singapur, Patiño firmó un acuerdo para evitar la doble imposición tributaria entre ambos países y un memorando de entendimiento para el establecimiento de consultas políticas.
En Malasia suscribió un memorando de cooperación para impulsar las relaciones económico-comerciales, la promoción y atracción de inversiones, mientras que en Vietnam el objetivo fue buscar asistencia en el ámbito de la ciencia y tecnología, basándose en el reforzamiento de la educación en estas áreas a través del proyecto Prometeo y la construcción de Yachay.
Con respecto a Corea del Sur, el canciller Patiño firmó un acuerdo de cooperación para sustentar el modelo de economía del conocimiento y suscribió con su homólogo surcoreano, Byung-se Yun, un memorando de entendimiento sobre cooperación para fortalecer las relaciones políticas y comerciales en el marco de la Cuenca del Pacífico.
Asimismo, Ecuador y Turquía iniciaron en 2016 negociaciones de un acuerdo de cooperación y suscribieron un memorando de entendimiento en el desarrollo de pequeñas y medianas empresas de ambos países.
Julian Assange y el asilo de Ecuador
Otro aspecto clave de la política de Exterior de Ecuador en los últimos 10 años tuvo como protagonista a Julian Assange, fundador del sitio WikiLeaks. El australiano, que en 2006 creó el sitio web antes citado, enfureció desde entonces a Estados Unidos, al filtrar cientos de miles de documentos secretos relacionados con atrocidades y violaciones de derechos humanos cometidos por soldados norteamericanos en las guerras de Irak y Afganistán, además de otros temas que incomodaron a las grandes potencias.
En diciembre de 2010, Assange fue detenido durante ocho noches en una prisión de Londres luego de que Suecia emitiera un pedido de captura internacional por supuesta violación y abuso sexual a dos mujeres.
Las autoridades suecas indicaron entonces que querían interrogarlo por dichos abusos, supuestamente cometidos cuando él se encontraba en Estocolmo en agosto de ese año. El fundador de WikiLeaks negó desde entonces las acusaciones y dijo que en ambos casos las relaciones sexuales que mantuvo fueron consentidas.
El activista, que actualmente tiene 45 años, pasó los siguientes meses luchando contra su extradición, al tiempo de cumplir con un arresto domiciliario en una tranquila localidad rural de Inglaterra, perteneciente a un periodista amigo.
Una corte de Westminster aprobó su extradición en febrero de 2011, decisión que fue mantenida por el Alto Tribunal británico.
Pero el 14 de junio de 2012, la Corte Suprema de Reino Unido desestimó su pedido para reabrir la posibilidad de la apelación y pocos días después Assange violó el arresto domiciliario y pidió refugio en la embajada de Ecuador en Londres, donde permanece desde entonces tras recibir asilo político el 16 de agosto de 2012.
Assange pidió ayuda al presidente Rafael Correa, con quien compartía la misma opinión sobre temas de derechos humanos, libertad de expresión y justicia social. Durante una de las entrevistas que dio a la cadena Russia Today (RT), el presidente Correa elogió al fundador de WikiLeaks y también a la labor que él y su sitio llevaban a cabo en pos de la libertad de información.
“Nosotros no tenemos que pedirle permiso a nadie para ejercer nuestra soberanía. El otorgar un asilo es inherente a cada país. Es una figura que está estipulada en el derecho internacional. Hemos ejercido esa soberanía dentro de ese marco del derecho internacional y no tenemos por qué dar explicaciones, pedir disculpas o permiso a nadie. En la práctica, sobre el caso Julian Assange, toda la solución está en manos de Europa”, dijo Correa en 2013.
El australiano teme que, si es enviado a Suecia, finalmente sea extraditado a Estados Unidos, donde -considera- enfrentaría cargos de espionaje por la filtración de miles de documentos confidenciales y, posiblemente, la pena de muerte.
El Gobierno británico no permitirá que Assange abandone la embajada para poder viajar a Ecuador, ya que confirmó que, en caso de hacerlo, será arrestado de inmediato.
Según Londres, las autoridades británicas tienen la obligación de extraditarlo a Suecia.
Lo cierto es que los fiscales suecos abandonaron el 13 de agosto de 2015 la investigación por las acusaciones de abuso sexual, luego de que esa causa caducara, aunque sigue pendiente la denuncia más seria, por violación, que prescribirá recién en 2020.
El caso del activista dio un giro en febrero de 2016 cuando el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias determinó que Julian Assange ha estado detenido ilegalmente en Reino Unido. Su proceso sigue aún sin resolverse. (I)