John Argudo, fundador de Avanza, analiza la derrota que afrontó la organización tras las elecciones del 19 de febrero. Cree que las “vanidades” de Ramiro González, quien lleva 7 años en la presidencia de la organización, llevaron a la actual crisis. A su criterio, la traición de González se pagó en las urnas. En el balotaje del 2 de abril apoyarán a Moreno. 

¿Qué pasó con Avanza que no alcanzó ninguna curul en los comicios del 19 de febrero, luego de posesionar a más de 680 autoridades en las elecciones de 2014?
Es doloroso para mí como fundador del partido. Ramiro González se apropió de Avanza y de la dirigencia. Insistió en ser candidato; me amenazó con expulsarme. Luego, se postuló como candidato. Las organizaciones políticas funcionan por afectos. Los votos se consiguen por afinidad y no por plata, no por vanidades.

¿Hubo vanidad de González?
Sí. Hubo demasiada confianza en sí mismo, sin medir lo que pasa afuera.

¿Vanidad desde el momento en que decidió abandonar el Gobierno?
Esa decisión debió haberse tomado cuando ganamos las elecciones de alcaldes y prefectos, yo le propuse, pero insistió en quedarse en el Gobierno y ser ministro de Estado. Luego hubo problemas con la Ley de Seguridad Social y el Gobierno le pidió la renuncia. Vino un debate y Ramiro no se comportó a la altura de las circunstancias, porque de todas maneras estaban hablando con el presidente de la República y se merece respeto. Se necesita que se presenten las ideas sin exabruptos, ese debate marcó el destino de Ramiro.

¿Se quedó en el Gobierno solo para ser ministro?
Le interesó ser ministro. Luego tuvo la oportunidad de dirigir el partido. Tuvo recursos que el CNE les da cada año; un millón de dólares durante todos los años que ejercició la dirigencia del partido.

¿Qué pasó con esos  recursos?
Deben estar justificados ante el CNE. Esos recursos los manejo él.

¿Usó los recursos para su imagen?
Para los gastos administrativos del partido, su imagen, posiblemente, pero creo que no se han manejado los recursos como corresponde. Si se hubiera manejado debidamente se potenciaría la organización.

¿Usó a Avanza como una plataforma política?
Todos los dirigentes -dentro de una organización- usamos para eso. Pero no debemos abusar de esa plataforma porque se construye no para beneficio personal, sino colectivo. Un líder debe crear más líderes. Un líder no puede esperar ser el dueño de la organización. Es una organización para todos y no se puede hacer lo que dé la gana.

¿La ciudadanía condenó en las urnas la traición de Avanza?
Además de eso, Avanza se inmovilizó. Las bases del partido se quedaron quietas. Los alcaldes no hicieron nada, los miembros de juntas parroquiales tampoco, porque no tenían el líder que movía ese sentimiento. La política se mueve por sentimientos y afinidades y eso no pasó.

Usted dice ser socialdemócrata, pero ¿cómo vio el acercamiento de González con la derecha?
En eso tengo parte de pecado. No puedo lavarme ahora las manos. En la desesperación que teníamos los ecuatorianos, pensamos en un frente político en el cual se expresen diferencias, pero sobre todo caminos y objetivos a seguir.

¿La “desesperación”,como la llama usted, les llevó a traicionar una línea ideológica?
Cuando uno se arma un proyecto de este tipo no se traiciona la línea ideológica cuando los postulados están dentro del programa de gobierno. Eso aspirábamos.

Pero, ¿no era juntar el agua con el aceite?
Hay diferentes en el gobierno de Correa. También hay gente de derecha y de izquierda. Finalmente quien marca el camino en el caso de Correa es él; las ejecuciones de quien lidera demuestran la ideología. Eso no fue posible por intereses estrictamente personales. Nadie renuncia a nada, todo el mundo quiere ser. Afirman: yo soy y punto, dicen sí, pero primero yo. Esa forma de hacer política no es la correcta, porque uno tiene  que tener la suficiente humildad para reconocer el liderazgo del otro. Eso no ocurrió en el famoso frente y ahora resulta que todos desde la izquierda a la derecha están con Lasso. Allí sí no hay coherencia, porque dicen no me acomodé en este frente y ahora me voy a este.

¿Por qué no votar por Lasso?
Siento que por el lado de su vicepresidente Andrés Páez hay un desfogue, una búsqueda de sangre. Dice: fulano de tal es delincuente y debe ir preso, eso no es tarea del presidente y del viceporesidente.

¿Cree que sería un gobierno de persecución?
Y eso no quiere el Ecuador, que busca un gobierno de paz.

¿Lasso ha buscado un acercamiento con ustedes?
Sí hemos conversado con alguna gente, pero no se puede tomar una resolución de manera personal. Esta resolución de apoyar a Lenín Moreno -como el colectivo Nación- es colectiva. Creemos que es lo consecuente con nuestra historia ideológica política.

¿Qué está en juego en las próximas elecciones?
El futuro del Ecuador, en el que las cosas no pueden estar como están, pero tampoco pueden presentar un retroceso.

¿Con Lasso habría un retroceso?
Habría algunos problemas en cuanto a los derechos de las comunidades y pueblos indígenas.

¿La prioridad con Lasso sería el capital y no el ser humano?
Lo fundamental en una nación es el recurso humano y este no solo se alimenta de riquezas materiales, sino espirituales como el respeto. La dignidad es fundamental

¿Por qué decidieron apoyar a Moreno?
Dialogamos y se mostró abierto a analizar la propuesta de la Bolsa de Valores Estatal para poder apoyar a los emprendedores en la búsqueda de capital del trabajo, así como libre acceso al conocimiento con una universidad online con profesores ecuatorianos. El internet debe ser un servicio básico. Es necesario que se cambie la forma de manejar la política agraria en el país; primero buscando el cliente, organizando al productor, luego encontrando el crédito. China debe ser un aliado, no solo para facilitarnos créditos, sino para comprar los productos.

¿González le traicionó?
Hizo lo que sus convicciones le dictaban. No le gusta la competencia, yo le estorbaba desde siempre. En el colectivo Nación está el 95% de miembros de Avanza.

¿González se quedó solo?
Se queda con Ramiro González y eso es suficiente. (I)