En la cita de 2009 barack obama recibió un ejemplar de las venas abiertas de américa latina
La cumbre de las Américas pasa de la hegemonía de EE.UU. a la presencia de Cuba
No hay un escenario más claro para evidenciar la evolución política de la región que la Cumbre de las Américas. Sus 7 encuentros sirven para observar el salto del neoliberalismo a la llegada de la izquierda. Y ese cambio obviamente incide en la relación Estados Unidos-América Latina.
La cumbre de Panamá es histórica porque por primera vez acoge a Cuba, pero ese hecho revela otro más grande: los 34 países del hemisferio estarán sentados de igual a igual. Estados Unidos sigue siendo una potencia, pero su agenda ya no es hegemónica. Washington se quedó sin patio trasero.
Para ello solo hay que revisar la historia. La primera cumbre de las Américas fue en Miami, en 1994, cuando se consideraba a esa ciudad la capital de América Latina.
La convocó Bill Clinton con un objetivo casi único: la instauración del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La tercera cita fue en Québec, Canadá, en abril de 2001. George Bush y Hugo Chávez acababan de llegar al poder en Estados Unidos y Venezuela, respectivamente. La declaración final de esa cita comprometió a los países a negociar el ALCA.
Pero ya desde ese momento la iniciativa tenía la oposición de los movimientos sociales que temían que los mercados latinoamericanos se vieran inundados de productos agrícolas estadounidenses, con un fuerte subsidio estatal.
El viraje de América Latina a la izquierda queda evidenciado en la IV Cumbre de las Américas, celebrada en Mar del Plata en noviembre de 2005.
Bush seguía en el poder y Chávez también, pero este ya no estaba solo. Lo acompañaban el brasileño Lula y el argentino Néstor Kirchner.
Los 3 montaron una férrea oposición al ALCA. Pese a que en la agenda no constaba un acuerdo comercial, Bush, ayudado sobre todo por el mexicano Vicente Fox, había logrado colar el tema en la cumbre para resucitar la idea de un área de libre comercio que vaya desde Alaska hasta Tierra de Fuego.
El Mercosur nunca lo aceptó. Al final del encuentro Chávez proclamó el entierro del ALCA. Fox lo culpó directamente y el venezolano le respondió llamándolo “cachorro del imperio”.
Desde ese momento las relaciones entre América Latina y Estados Unidos nunca más volvieron a ser las mismas al haber enterrado un proyecto que Washington consideraba prioritario para la región. Desde allí América Latina empezó a marcar su propia agenda.
La siguiente cumbre fue en abril de 2009, en Trinidad y Tobago, con un recién llegado Barack Obama que había despertado las esperanzas de medio mundo.
Hay una célebre imagen de esa cita: Hugo Chávez se acerca a Obama, le estrecha la mano y le obsequia el libro Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano, una obra emblemática de la izquierda.
Pero ya desde ese momento los países empezaron a reclamar por la ausencia de Cuba. No podía llamarse cumbre de las Américas sin la isla. Se prometió en ese momento que aquella sería la última cita sin La Habana.
Pero llegó la cumbre de Cartagena, en abril de 2012, y Cuba no fue invitada, pese a la insistencia de otros países.
Fue entonces Ecuador el que lideró la causa. Pese a los intentos diplomáticos, Bogotá no invitó al gobierno de Raúl Castro, entonces el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, canceló su visita y advirtió que nunca más volvería a ir a un encuentro de este tipo en donde no estuviese Cuba.
La política estadounidense hacia Cuba finalmente abonó al nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), donde sí está la isla. Tanto así que La Habana presidió el bloque en 2013 y organizó una cumbre con todos los presidentes de la región.
Pero al final la historia le dio la razón a Ecuador. Para esta cumbre, la de mañana en Panamá, el gobierno de Juan Carlos Varela invitó a Cuba. A los pocos meses el presidente Barack Obama entabló negociaciones con la isla, lo que permitió el intercambio humanitario de prisioneros de ambos países, el relajamiento del embargo y los diálogos para abrir las embajadas.
La agenda que logró colar América Latina en la cita de 2009 finalmente tuvo éxito 6 años después.
A lo largo de toda la historia de las cumbres nada pasó de declaraciones para crear el ALCA hasta que se habló del regreso de Cuba a la comunidad americana. Y por si fuera poco, Estados Unidos ha rebajado el tono con Venezuela, pero las sanciones a Caracas amenazan con dañar el ambiente de la cumbre.
Un asesor de Obama dijo que el gobierno de Nicolás Maduro no es una amenaza, luego de que la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, reconociera el escaso apoyo latinoamericano a los castigos. (I)
DATOS
Una mayoría de estadounidenses apoya que Washington retome relaciones diplomáticas con Cuba así como las sanciones contra funcionarios del gobierno de Venezuela.
El 59% de los encuestados dijo estar de acuerdo con que se repongan las relaciones entre Estados Unidos y la isla, rotas hace más de medio siglo, mientras que un 26% se mostró en contra y un 15% no supo responder, indicó el sondeo del Marist College encargado por las cadenas Telemundo y MSNBC.
En cuanto a las sanciones que en marzo el gobierno de Barack Obama impuso a funcionarios venezolanos acusados de violar los derechos humanos, un 50% de los estadounidenses estimó que eran un castigo apropiado, 20% que no eran suficientemente fuertes y 13% que eran extremas.
Cuba saldrá de lista de países terroristas
El Departamento de Estado se encuentra en la fase final del proceso de revisión de la presencia de Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo.
La Cancillería “ha estado en esta tarea durante algunos meses y creo que es muy claro que estamos en el fin de ese proceso, estamos terminando ese trabajo”, dijo la subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson.
Anoche se conoció que el Departamento de Estado recomendó a la Casa Blanca que remueva a Cuba de dicha lista, allanando el camino para que el gobierno de Barack Obama anuncie que la isla sale definitivamente de este listado. La cadena CNN dio la información tras hablar con dos oficiales de la administración norteamericana.
En la recomendación, el Departamento de Estado certifica que Cuba no prestó apoyo a ningún grupo terrorista en los últimos seis meses.
Poco antes, Ben Rhodes, asesor de Obama en el Consejo de Seguridad Nacional, había mencionado que el proceso de revisión de la presencia de Cuba en la polémica lista se encontraba en su ‘fase final’. (I)